domingo, 14 de diciembre de 2014

¿Para que tanto sufrimiento?




Yolanda  camina hacia la playa, hoy ha llegado a su nueva ciudad, una localidad frente al mar, como siempre soñó, aquí espera rehacer su vida, dejar atrás esa  cruel  experiencia, la cual intentará olvidar y seguir viviendo cargando con los fantasmas de su reciente pasado. No acaba de creer que por fin vuele libre, aunque en sus alas pesan los golpes y tanto dolor emocional. Sentada en la orilla del mar, con los pies en el agua, se pregunta ¿para qué tanto sufrimiento?, baja la mirada, las lágrimas humedecen sus ojos, ¡cuánta razón tenías mamá!, su mente viaja al pasado, cuando comenzó su historia, es una de tantas, pero esta solo le duele a ella.

 Daniel y Yolanda  se  conocían  del barrio, en una pequeña ciudad cercana a Barcelona capital, tenían amigos comunes, él  era cuatro años mayor que ella, se conocieron cuando ella comenzó a salir en el grupo de amigos Daniel, al verla, decidió que sería suya, ella era una niña de dieciséis años, de largo cabello rojo y piel blanca, a la que muchos chicos intentaban enamorar, su aspecto de muñeca, la hacía aún más atractiva. A Yolanda, Daniel, no le atraía nada, pero acabó robándole el corazón. Al año eran ya pareja formal. 

Comenzaron a planear un futuro juntos, él tenía veintiún  años, y un trabajo en la obra de su tío, del que se llevaba un buen sueldo y ella diecisiete, acabando sus estudios de enfermería, todo les parecía  fácil. En un año, soñaban casarse ,él decía que quería una familia grande como la suya, eran cinco hermanos, ella sonreía, era hija única. Al poco tiempo, Yolanda, comenzó a sentirse mal, amanecía indispuesta, temía  estar en cinta, a los pocos días, lo confirmó, le dio la noticia  a Daniel, había que decidir. Reunieron a las familias, se habían conocido en el cumpleaños de Yolanda ,una merienda organizada en el bar de su tío Juan, debían casarse  ,cuanto antes mejor, así opinaba  la madre de Daniel, necesitaban un lugar donde vivir, hasta tener su propia casa. Los padres de Daniel no podían acogerlos, su espacio era mínimo, aún tenían  con ellos tres de sus cinco hijos, la única opción era la casa de Yolanda ,su madre era viuda, por tanto había espacio para ellos y el niño, a Daniel le pareció bien .María, la madre de Yolanda ,en cuanto las dos se quedaron solas, intentó que su hija viera su error, ese hombre sería su ruina, tenía algo que no le inspiraba confianza, le propuso, quedarse ella en casa con su hijo y que el tiempo decidiera si Daniel era para ella, entre las dos los sacarían adelante, la muchacha se negó, pues ella amaba al padre de su hijo y deseaba compartir su vida con él, María, a su pesar, aceptó la decisión de  Yolanda ,esperando no tener que recordarle  que ya se lo advirtió. En un mes se celebró un sencilla boda y se instalaron en casa de María, aunque fue por poco tiempo. Pues el tío de Daniel que conocía bien el carácter del chico, era buena persona, pero de sangre caliente, muy difícil de convivir con él, les consiguió un pequeño piso donde trasladarse, Yolanda  pensaba que ese sería su hogar para siempre. Los meses pasaban, solo faltaban  dos para dar a luz, un viernes, ella preparó cena especial, quería celebrar su quinto mes de casados, la mesa preparada y Daniel no llegaba, pensó que estaría tomando algo con los compañeros a la salida del trabajo, como algunos días, pero el reloj corría, ya era medianoche, Yolanda  desesperada, no le no respondía al móvil, en unos instantes ,un ruido sobresaltó a Yolanda , era él, aparecía borracho, casi no se tenía en pie, Yolanda  en la puerta asustada, la apartó de golpe, tirándola al suelo, gritando como alma que lleva el diablo, la miró con despreció , se dio la vuelta y se marchó nuevamente, ella quedó en un rincón llorando, cuando comenzó a sangrar, pensó en lo peor y así fue, acaba de perder a su hijo, no sabía qué hacer, no sabía a  quién pedir ayuda ,su única opción era su madre, la cual descartó,  decidió esperar un poco, unas horas después, no podía soportar el dolor, acabó sola en el hospital, se había caído y su esposo no estaba en casa, el bebé estaba muerto, había que sacarlo, en cuanto todo pasó, pidió avisaran a Daniel, que ya estaría fresco y supuestamente en casa .

Ese era el principio   de su calvario, a partir de ese día, comenzó el maltrato psicológico, vejaciones, golpes, ella todo lo excusaba, María sufría callada, la mujer intuía lo que estaba sucediendo, pero debía guardar silencio. Yolanda ,aguantó, hasta que llegar a su límite  , le dijo que ya no podía más, eso no era vida, él no pensaba dejarla marchar, antes la mataría, la muchacha, reunió fuerzas para hablar con María, sabía que su madre nunca le daría la espalda, juntas denunciaron, Yolanda  dejó su casa trasladándose a casa de María, Daniel, al verse abandonado, fue tras ella, entró en la casa a la fuerza, golpeando a María, ante el griterío, los vecinos llamaron a la policía, llevando preso a Daniel. Yolanda pidió el divorcio, entre lágrimas, dio la razón a María, ese hombre era un monstruo, mató a su hijo y de poco le quita la vida.

Una vez todo en su lugar, Yolanda, solicitó la posibilidad de ser  trasladada en el trabajo a otra ciudad, dejando  atrás ese horror, esperando en esa playa comenzar a vivir de verdad.
Magda Jardí
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sábado, 22 de noviembre de 2014

El destino puede ser irracional.



Oscar  revisa los últimos detalles, mañana es la inauguración de su restaurante, espera la llegada de los empleados, presentarse a ellos, Carlos, su abogado y amigo es quien se ha ocupado de las contrataciones, dar las pertinentes instrucciones a cada uno, Oscar es un perfeccionista, contempla el local, ha quedado a su gusto, igual que el de Málaga.

Al divorciarse, decidió recomenzar en otro lugar, a pesar de que su  ex esposa marchó a Alemania llevándose a sus hijos, necesitaba pasar página, tratar de olvidar. Para Oscar es algo normal cambiar de ciudad, pasó la mitad de su vida de acá para allá. Su padre era militar de origen malagueño, su primer destino fue el País Vasco donde conoció a la madre de Oscar, allí nació también él, cuando tenía cinco años se trasladaron a Zaragoza, donde pasó la infancia, los diez los cumplió en Cataluña, allí vivió su adolescencia, se enamoró por primera vez, cuando Oscar tenia diecisiete años, a su padre le dieron destino fijo en su Málaga natal, su madre era cocinera, de ella heredó  su pasión por los fogones, aprendió bien el oficio y a los veinticinco años abrió su restaurante, uno de los más populares de la ciudad por precio y calidad, la misma línea que pensaba seguir en Alicante.
Frente a él están casi todos, los camareros, los ayudantes  de cocina, el personal de limpieza, a toda prisa llega una muchacha, es Carolina, la persona que se ocupará de la administración del restaurante, junto a Oscar.

Carolina, cree haber encontrado el empleo perfecto, une sus dos aficiones, los números y la cocina, es una muchacha muy responsable. Aunque nació en Barcelona, siendo muy niña, sus abuelos, que se hicieron cargo de ella al morir su madre durante el parto siendo apenas una adolescente, cuando su abuelo perdió el empleo se trasladaron a Alicante, en esa ciudad, su abuela, que cayó desde la muerte de su hija, allí se sentía mejor, la pequeña Carolina se , convirtió en su motivo de vivir, nunca le faltó el afecto de padres los abuelos la querían como a su hija, su esfuerzo obtuvo recompensa, pues Carolina era una mujer luchadora, con las ideas claras y un gran corazón.

Oscar, al ver a Carolina quedó fascinado por aquella  menuda mujer morena de ojos negros y expresivos, ella al estrechar la mano de su jefe, le sonrió dulcemente, pensó lo atractivo e interesante que era aquel hombre, por su apariencia no sobrepasaría los cuarenta. Al poco tiempo, Carolina y Oscar, eran inseparables, contaba siempre con opinión de ella en cada decisión, comenzaron a verse fuera del trabajo, salían a pasear, iban a conciertos, compartían muchas aficiones, además de la cocina, el mar, la música clásica, los gatos, parecían hechos el uno para el otro.

Oscar se siente indispuesto desde hace ya un tiempo, pero él cree que es por tantas emociones, su  divorcio fue complicado, el trasladar su negocio de  Málaga a Alicante, volver a comenzar, por lo que no le da más importancia, pensar en Carolina alivia todos sus males, este fin de semana el local cerrará por descanso, ha planeado un viaje sorpresa para Carolina, la llevará a Venecia, así que no le dirá nada respecto a su salud.
El viernes, al cierre del local, ambos con equipaje para un fin de semana romántico, se dirigen al aeropuerto de Elche, al conocer el destino, Carolina besa apasionadamente a Oscar, se siente tan feliz de haberlo conocido. Les esperan dos días inolvidables, vivirán las más ardientes noches de amor en el escenario propicio para dos enamorados, el domingo Oscar amanece con fiebre y dolor muscular, temblando como una hoja al viento, despertando a Carolina que duerme plácidamente junto a él, viéndolo en ese estado, asustada, se dispone a llamar a recepción  para que envíen un médico , Oscar se lo impide, en unas horas regresarán a Alicante, mañana pedirá cita al doctor López,  durante da la sensación de mejoría, después de almorzar tomarán el avión, en el aeropuerto, Oscar coge la mano de Carolina y le susurra al oído que quiere estar siempre cerca de ella, lo mira y le besa en los labios dulcemente.

El lunes llega Oscar al restaurante, Carolina le espera, el mal aspecto de Oscar es más preocupante, le sugiere acercarse al hospital, el prefiere que lo vea el doctor López, Carolina, contrariada, llamará, lo verá esa misma tarde, la muchacha ha pedido cita urgente.
Carolina acude con Oscar a la visita, Oscar cuenta al doctor los síntomas, aunque él parece no dar importancia, para el médico son preocupantes, demasiado tiempo padeciéndolos, aunque intuye lo que le pasa a Oscar, necesita unos exámenes para poder confirmar sus sospechas, al día siguiente a primera hora se le realizarán. Carolina, esta noche la pasará en casa de Oscar, no se quedaría tranquila si lo dejará solo, sobre las cinco de la mañana, Oscar, de nuevo se siente mal, la fiebre va subiendo, Carolina no lo piensa, irán al hospital. A la llegada, Oscar es atendido al momento, Carolina permanecerá en la sala de espera hasta ser avisada, una hora después la llaman, el doctor que se ocupa de él, necesita realizar  a Carolina unas preguntas , le informa de su estado, es preocupante, en cuanto lleguen los resultados se los comunicarán, el tiempo parece haberse parado, es una locura.
Ya llegaron los resultados, el doctor les comunica que Oscar padece leucemia, en estado muy avanzado, no es comprensible que haya resistido tanto, necesita un trasplante de medula urgente, hay que buscar donantes, Carolina se ofrece, aunque antes hay que comprobar la compatibilidad,. En cuanto todo esté dispuesto, a Carolina se le realizaran las pruebas, en  unas horas, el doctor, sonriente, , va en busca de la pareja, le comunica a Oscar que su hija es cien por cien compatible, el quirófano estará dispuesto mañana a primera hora, Oscar, a pesar de su mal estado, le dirá al doctor, que Carolina no es su hija, el hombre le entrega una copia de los resultados, no existe la menor duda de ello, Oscar y Carolina se miran sorprendidos, Carolina no puede creer lo que está sucediendo, Oscar no sabe que decir, esa situación es absurda, será un error. Carolina se pierde en sus pensamientos, la verdad es que nunca le contaron  nada de su padre, únicamente su tía Isabel, la hermana de su madre puede aclarar aquello, dejará solo a Oscar, necesita contactar con su tía lo antes posible.

Isabel vive en Barcelona, aunque a menudo viaja a visitar a su sobrina, se asusta  al escuchar la voz entrecortada de la muchacha, las lágrimas le impiden hablar, Carolina suplica a Isabel que viaje a Alicante sin  perder un segundo, es un tema muy complicado, al decirle que la busque en el hospital, aun se apresura más, Isabel consigue pasaje en un vuelo para dentro de una hora, por lo que en menos de tres horas estará junto a ella.
Tía y sobrina frente a frente, Carolina  relata a Isabel lo ocurrido desde que conoció a Oscar, solo ella tiene las respuestas que necesita, Isabel le cuenta la poca información que sabe de su padre, ella lo conocía de verlo con Laura, su madre, eran ambos dos críos, ella dieciséis  años y él diecisiete , en una ocasión coincidió con ellos en un bar y Laura lo presentó a su hermana,  se llamaba Oscar, era hijo de un militar, unos meses después Laura parecía otra, siempre triste, hasta que se sinceró a Isabel, Oscar dejó Barcelona, a su padre a su padre lo destinaron a otra ciudad, la despedida fue muy apasionada, no pensaron en las posibles consecuencias, Laura estaba embarazada, a punto de entrar en el cuarto mes de gestación, Isabel convenció a su hermana que debía hablar con sus padres, ellos la ayudarían, le recriminó el haber callado tanto tiempo, las dos le dieron la noticia a los padres, sorprendidos y un poco enojados, pero la apoyarían siempre, cuando llegó el momento del parto, Laura sufrió una hemorragia que no fue capaz de superar, responsabilizándose del bebé los abuelos, Isabel acababa de confirmar su temor, Oscar era su padre, el hombre del que se había enamorado como nunca,  su tía la abrazó, nadie es culpable, el destino puede ser irracional, le aconsejó que siguiera adelante con el trasplante y cuando se sintiera con fuerzas, regresara a Barcelona con ella, aunque no sería sencillo dejar atrás aquello, debía seguir con su vida, pero lejos de allí, estaba demasiado enamorada de aquel hombre.

Al día siguiente, sobre las nueve de la mañana, se practicó la extracción, en unas horas Carolina viajaría con Isabel hacia Barcelona, Carlos, el amigo de Oscar, visitó a Carolina, estaba al corriente de todo, Oscar lo llamó desesperado, no podía ser cierto aquello, mientras a ella le realizan la extracción, él conversó con Isabel, lo más conveniente para los dos era no volver a verse, aunque Oscar no estaba dispuesto a perderla, no pensaba con claridad, el tiempo le haría ver todo fríamente. Carlos se ofreció a llevarlas al aeropuerto, Carolina no se despidió de Oscar, era demasiado traumático, pasó de ser su gran amor a su padre. Carolina, sentada junto a su tía en el avión, sumergida en sus pensamientos, se preguntaba cómo habría sido su vida junto a Oscar si no hubiera enfermado, debía aprender a vivir con esa parte de su historia.
Magda Jardí
©Derechos reservados

sábado, 15 de noviembre de 2014

La vida es impredecible


Anais, acaba de finalizar su relación de varios años con Cristian, comenzaron a tontear siendo muy jóvenes, eran casi dos niños, con el tiempo sintieron  que no se amaban como para  plantearse un futuro , comenzaron a no sentirse cómodos, Cristian necesitaba más libertad, se sentía atado, prefería pasar más tiempo con sus amigos que con su novia, poco a poco se distanciaron totalmente, estaban juntos sin tener nada de qué hablar, sus mundos ya eran distintos .Cristian era futbolista, juagaba  en un equipo de segunda división, soñaba con llegar lejos, Anais licenciada en literatura, daba clases en un instituto y en sus ratos libres disfrutaba escribiendo, soñaba algún día ser conocida en el mundo de las letras, conseguir publicar algún libro, desde unos meses hilvanaba   una novela, cuando estuviera lista, pensaba  presentarla   a alguna editorial. Una tarde, después de una conversación y de mutuo acuerdo decidieron separarse, con la promesa de seguir siendo amigos, aunque no se vieron más.

Cristian, a los pocos días inició una historia con una  modelo recién llegada al mundillo de la pasarela, la conoció en un discoteca frecuentada por gente del espectáculo, la moda, el deporte, de la que era habitual, en su tiempo libre igual que  algunos compañeros del equipo, Anais se volcó en su novela, salía alguna vez con sus amigas, pero su vida era muy tranquila.
Al año, Anais, leía en una revista el compromiso de Cristian con la  cotizada modelo  Rocío Iglesias, sus planes de boda en pocos meses, las lágrimas rodaron en el rostro de Anais, durante  este tiempo no se acordó de él, pero  al ver su foto con aquella mujer, desfilaron  por su  mente tantos momentos compartidos con él, le parecía tan distinto ,superficial, no tenía que ver con  el hombre  que la había enamorado años atrás, dejó la revista y salió a tomar el aire a la playa, caminaba tranquila, intentó alejar de sus pensamientos  aquello que le dañaba,Tras  una hora de paseo , ya relajada, regresó a casa, necesitaba escribir, se acercaba el final de su novela.

Una compañera del instituto, le facilitó  el teléfono de un amigo editor, le habló  de ella de su proyecto literario que tenía todo para ser un  éxito , Anais llamó al despacho de ese editor, respondió su secretaría, citándola para el día siguiente a las cinco de la tarde.
Vestida de  traje pantalón azul  camisa a  rayas azules y rosas, discretamente maquillada ,acudió a su cita con Jesús, el joven editor, la  atendió la secretaria, una mujer muy seria,  a los pocos minutos, la  hizo pasar al despacho de Jesús, era un hombre cuya simpatía estaba escrita en el rostro, su mirada sonreía, pero al ver a Anais, se le iluminó. Ofreció sentarse  a la muchacha  en un sillón, frente a una mesa de cristal, se presentaron, dos horas después, seguían conversando animadamente, Anais no reía con tantas ganas desde tanto  tiempo, se sentía tan a gusto con Jesús, no había conocido a un hombre tan agradable y correcto ,quizás, desde aquel profesor  suplente de matemáticas, del curso pasado, con el que salió en un par de ocasiones, pero al finalizar  el tiempo de estancia en el instituto, regresó a su ciudad, perdiendo el contacto, al acabar la reunión, Jesús guardó el borrador de la novela, la repasaría y la llamaría por teléfono. Invitó a Anais a cenar con él, quería conocer un poco más a aquella mujer, bella, de cabello negro,  cuya compañía le era tan  grata, ella aceptó, Pasaron una  velada  muy divertida, Jesús, le propuso salir el fin de semana, a cenar y a bailar o  al cine, lo que ella escogiera, Anais ,aceptó encantada, Jesús acompañó a Anais hasta su casa, era muy tarde para que fuera sola, se despidieron con dulce beso en la mejilla, aunque  ambos deseaban algo más ,llegó a casa, alegre como no se  sentía desde ya ni recordaba cuando.
 Al día siguiente relató  lo sucedido con Jesús a su compañera, esta  quedó bastante sorprendida, pues Jesús no mezclaba negocios con su vida privada, era un hombre muy serio en este sentido, Anais había impactado al editor, aunque fue algo mutuo.

El viernes a las ocho Anais, ya preparada ,esperaba a Jesús, se  compró un vestido precioso para ese día, a la hora prevista llamó al timbre, ella bajó radiante, era el primer día de tantos que les esperaban juntos, comenzaron a salir habitualmente,  a los seis meses se casaban ,un mes después, se publicó su novela con gran éxito, que lejos quedaba aquel futbolista con aires de grandeza, que buscaba  la fama  a cualquier precio, pero una lesión le apartó de ese camino de lujo y estrellas, la vida es impredecible.
Magda Jardí

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domingo, 9 de noviembre de 2014

El sabor amargo de la venganza



Oscar, es un atractivo profesor de universidad, a pesar de tener una buena esposa, Celia, le gusta disfrutar con otras mujeres, Celia es enfermera, suele trabajar turnos de doce horas a días alternos y dos fines de semana mensualmente le corresponde guardia, es cuando Oscar aprovecha para encontrarse con alguna de sus amigas, viaja a una ciudad a pocos kilómetros, donde hay  un  complejo hotelero, piensa que así preserva su intimidad, pues allí es difícil que miradas indiscretas  le reconozca, a pesar de alguna de sus compañeras ocasionales le ha causado algún problema al enamorarse de él,  pretendiendo algo más de él,no tiene intención de acabar con sus devaneos.

Esta semana, se verá con Judith, una comercial que conoció en su trabajo, es una bella mujer, recién divorciada, ansiosa por  vivir aventuras, conocer hombres, alardear de conquistas, aún le duele  su fracaso sentimental. Oscar nunca miente a sus amigas, él solo busca disfrutar del sexo y buenos momentos,  dice  amar a su esposa, pero los años han transformado la pasión en  monotonía y se siente lleno de vida y tiene mucho que dar, mientras conserve esa libertad de movimiento, seguirá con sus aventuras.

Judith, espera a Oscar en un bar frente al hotel  en el que Oscar ha reservado habitación, la mujer es el centro de atención de un grupo de hombres que comparten unas copas, hermosa, sola frente a un gintonic, a primera vista, está ahí en busca de compañía, uno de los hombres, sin pensarlo se acerca a ella, intenta entablar conversación con ella, los demás observan atentos, Judith le susurra algo al oído, el hombre la mira y se marcha sonrojado, en ese momento entra Oscar, Judith le sonríe  y camina hacia él, de su brazo salen de bar, Oscar la observa sutilmente, es una mujer muy llamativa y más con la blusa semitransparente color rosa y la falda corta negra, se registran en el hotel, suben a la habitación, Oscar pide que les lleven el almuerzo, mientras Judith se da una ducha, Oscar la espera  con la comida en la mesa, ella aparece envuelta en una bata negra que deja intuir su belleza, Oscar, no sabe si comenzar a comer o pasar al postre.

Con una copa de brandy en la mano, Judith, se sienta sobre las rodillas de Oscar, besa sus labios, él se descontrola, en unos segundos acaban bajo las sabanas, esa mujer es un como un terremoto de fuego para Oscar, acaba exhausto, Judith le ofrece otra copa de brandy, mientras se pasea frente a  él desnuda, Oscar necesita dormir un poco, ha  bebido demasiado, ella juega con él, le acaricia el cabello, recorre su torso con los dedos, Oscar no puede resistirse a aquella mujer  tan ardiente, pero el cansancio y el alcohol le vencen, Judith yace junto a él, lo contempla dormir. Al despertar, Oscar busca  a esa hechicera, ella no está en la habitación, piensa que habrá salido a dar un paseo, a la media hora, regresa Judith, preparada para dejar el hotel, ambos recogen sus cosas, se despiden en la entrada con un beso, cada uno se dirige a su automóvil.
Oscar, conduce pensado en aquella mujer tan fascinante, en este tiempo de escapadas, es la única que le ha dejado la necesidad de volver a verla, con otras ha repetido, pero Judith despierta en él algo distinto, intentará quedar  dentro de dos semanas. Unos días después llama a Judith, enloquece por pasar un rato con ella, esta acepta verlo nuevamente el fin de semana, le encantaría pasarlo entero con él, pero sabe que no puede ser. Se encuentran en el mismo bar de la vez anterior, durante dos meses se convierte en  habitual sus encuentros, incluso alguna escapada entre semana, Oscar, se está enamorando de Judith, no puede evitar decírselo mientras hacen el amor, ella se limita a sonreír. Falta poco para regresar cada uno a su vida, Judith sale del baño tras ducharse, pero su actitud es distinta, parece otra persona, seca, cortante, se despide y deja la habitación, Oscar, aún está en la cama, la contempla marchar, no entiende que ha pasado, la llama al móvil pero no responde, lo intenta durante el camino , aunque tampoco se lo coge, bueno lo sea ya se le pasará.

Al llegar a casa, Celia ya está allí, en la cocina preparando la cena, le pregunta donde ha estado, un tanto molesta, Oscar le observa extrañado, es la primera vez que  Celia le hace esa pregunta, ella sabe que cuando no está, él no se queda en casa, Oscar, responde que ha visitado a un amigo, Celia baja la mirada y calla, Oscar se acerca intentado abrazarla, pero ella le rehúye, él piensa que no es posible que su esposa sepa nada, son años viendo a otras mujeres y nunca  ha sospechado nada, cenan en silencio y sin mirarse, la situación es violenta, Oscar le pide un café a su esposa, esta aparece con dos tazas, muy seria le pregunta quien es Judith, intentando mantener la calma, se encoge de hombros, no conoce a ninguna Judith, Celia se levanta, coge un sobre y se lo tira encima de la mesa, él lo abre, una foto de él desnudo en una cama, sobre él, una mujer de espaldas, también una grabación de voz, donde se escucha a Oscar hablando con aquella mujer  la llama Judith, ambos gimen, gritan, están haciendo el amor, finalmente, Oscar diciendo a Judith que la ama, Celia llora amargamente, en el sobre una lista de nombres de mujeres con las que Oscar ha estado, algunas, amigas de Celia, alguien lo ha estado vigilando, Celia le grita que se marche de casa , no quiere verlo más, Oscar trata de tranquilizar a su esposa, pero sabe que no hay nada que hacer para arreglar aquello. Oscar sale de su casa, va a casa de su hermano Antonio, le cuenta que ha peleado con Celia, Antonio, prefiere no saber detalles, pasará esta noche allí, mañana pensará que hacer, de nuevo intenta contactar con Judith, ahora si responde, pero no es ella, un hombre atiende su llamada, ha caído en una trampa, por la mañana se verá con ese tipo.

A la hora prevista, Oscar camina hacia el parque donde le espera Judith con un hombre alto y fuerte, se dan a conocer, Oscar los mira avergonzado, todo lo preparó Elena, una  que fue gran amiga, ella esperaba tener una relación duradera y exclusiva  con Oscar, al sentirse  despechada cuando Oscar dejó de verla a ella para hacerlo  con otra mujer , contrató a un detective, que siguiera sus pasos, Judith colabora como señuelo, era un montaje para humillar a Oscar, la mejor manera de dañarlo era enviando las pruebas a su esposa, la mujer que ideo todo, conoce a Celia, sentía lastima por ella, pensaba que era demasiado buena persona para vivir con un sinvergüenza como Oscar, intuía la reacción de ella, alejarlo de su vida, como él le hizo a Elena, a esta la abandono su esposo, no sabía cómo, se enteró de su historia con otro hombre y cuando ella le contó a Oscar, este respondió  que no volverían a verse.

Oscar, había perdido todo, su esposa, su hogar, su dignidad, pasaría uno tiempo con Antonio, mientras meditaba que hacer con su vida, se siente como un muñeco roto.
Magda Jardí
©Derechos reservados

sábado, 8 de noviembre de 2014

El momento es ahora.


Son casi las seis de la mañana, aún no amaneció, Dalia despierta, al escuchar el llanto de Jessy, su hijita, comienza a llover, un trueno sobresaltó a la niña ,la pequeña de tan solo diez meses, balbucea `mamá`, Dalia la saca de la cuna y la abraza dulcemente, intentando tranquilizarla, la lleva a su cama, allí se sentirá segura.es difícil la vida de una mujer sola con un hijo pequeño, pero Dalia es fuerte y trabajadora., ella decidió tener a ese bebé sola, aun sabiendo que no sería un camino de rosas, aunque cualquier dificultad era compensada por la sonrisa de Jessy.

El marido de Dalia murió al poco de quedar embarazada, no llegó a saber que sería padre, las lenguas largas, especularon  si era de otro hombre, a estos comentarios Dalia hacía oídos sordos, aunque le dolían profundamente,    para ella era como manchar el recuerdo de Salvador ,su esposo, con él fue muy feliz  en los cinco años que duró su matrimonio ,él era un buen hombre y fue un marido inmejorable ,pero el destino se lo arrebató cuando su felicidad iba a ser total con la llegada de su hija, deseada por ambos ,una cruel y breve enfermedad se lo llevó, Dalia siempre se decía que nada sucede como se planea, por algo tiene que ser, la vida es una sorpresa continua.

Al dar a luz a su hija ,su vida cambió, debía seguir trabajando, por lo que cuando la pequeña cumplió tres meses, la inscribió en la guardería, pensó  que era la mejor opción, sus padres eran mayores, con que la llevaran y la recogieran ya la ayudaban mucho, sus suegros vivían en otra ciudad y desde la muerte de Salvador, el contacto era escaso, a la niña la conocieron  al cumplir  dos meses, viajaron a la ciudad de  Dalia por otros asuntos y aprovecharon para visitarla, aunque por su frialdad, Dalia pensaba que no creían que fuera hija de Salvador, a pesar de tener su misma cara, ella no se lo tenía en cuenta, eran gentes de mente cerrada, de todos modos nunca vieron bien que Salvador se casara con Dalia, les parecía poco para él, no se habían preocupado en conocer bien a aquella mujer, alegre y sencilla, que tan buena vida dio  a su hijo, por lo que Dalia aceptó que acabó la relación con ellos.

Una mañana,  Dalia camina hacia su trabajo, tras  dejar a Jessy  con los abuelos, un coche aparca cerca de ella, conducido por un hombre que le sonríe, no le es desconocido, pero solo lo mira de pasada, tampoco ve bien su rostro, él desciende del vehículo, la llama por su nombre, Dalia se vuelve, es David, un viejo y buen amigo de Salvador , se saludan muy cordialmente, Dalia va un poco justa de tiempo, por lo que, la conversación es breve, se dan los números de teléfono, David queda en llamarla, Dalia sigue su camino, está frente a la puerta de la fábrica donde trabaja, Dalia recuerda tantos detalles de los tres juntos, lo bien que lo pasaban, pero de eso hace tanto, antes de que David se marchará por trabajo a Estados Unidos perdieron el contacto, ella no concia el motivo.
Acaba la jornada por hoy, Dalia sale apresurada, está tarde tiene mucho que hacer, intenta mantener su mente ocupada, es el aniversario de la muerte de Salvador , se siente melancólica y sin ánimos de nada, después de almorzar, va a casa de sus padres a recoger a Jessy, ya ni recuerda el encuentro con David, pasea con la pequeña, es como si no quisiera llegar a casa, cada día siente más su ausencia, la falta que le hace el que fue su único y gran amor. Abre  la puerta con los ojos húmedos, no puede contener las lágrimas, abrazada a Jessy llora desconsolada, preguntándose porqué. Está noche Dalia no consigue dormir ni un segundo, pasa la noche envuelta en llanto, recordando a su esposo, mañana es sábado podrá descansar un poco.

Dalia, se levanta a las ocho, prepara el desayuno a Jessy, que lleva un buen rato, canturreando en la cuna, hoy no tiene previsto salir a ningún lugar, no  hay nada que hacer fuera de casa, tampoco le apetece, a mediodía el teléfono, la saca de sus pensamientos, es David, a Dalia le alegra su llamada, el hombre la invita a almorzar, Dalia le dice que no es posible, tiene a su pequeña, pero si le parece bien , puede ir él a casa con ellas, en media hora David está en la puerta. Pasan un buen día, charlando de tanto, solo llevaba dos días en la ciudad, acaba de regresar de Estados Unidos, desconocía el fallecimiento de Salvador, al saberlo, ha buscado  a Dalia,  en cuanto se ha enterado  de como contactar con ella, así lo ha hecho, solo sabía dónde trabajaba, por lo que cerca de allí la busca, ignoraba la existencia de Jessy ,la presencia de la pequeña    alegra a David, la niña es  un encanto, la dulzura de Dalia con la expresión bondadosa de Salvador,  ese día es el primero de tantos

David, comienza a frecuentar la casa de Dalia, los fines de semana, salen los tres a pasear, en alguna ocasión David, se hace cargo de Jessy, por alguna urgencia que surge a Dalia. David se está convirtiendo en un padre para Jessy, la niña enloquece al verlo, los tres se sienten bien juntos, con el tiempo ya parecen una familia, sin pensarlo así sucede, David confiesa a Dalia que siempre ha estado enamorado de ella, pero como escogió a Salvador , él se retiró, aunque  tenía la sensación de que llegaría su momento,y era ahora,  si ella acepta, el cuidaría de las dos, como siempre soñó.

Seis  meses después  David y Dalia se convierten en marido y mujer, de nuevo llega la felicidad a la vida de Dalia, Salvador, estaba de paso en su vida, aunque lo amó con el alma, su destino era compartir su caminar  con David.
Magda Jardí
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sábado, 1 de noviembre de 2014

El hombre del tren.




Alba camina por el andén, el tren está a punto de llegar, se siente feliz, nuevamente pasará sus vacaciones en ese bello pueblo de la costa, donde veraneaba habitualmente, hasta que conoció a Alberto, su esposo, con el que compartió cinco gratos años, pero  un fatal accidente de coche le robó la vida, dejándola sola a sus veinticinco años. Ya casi recuperada anímicamente, se reencontrará  con sus viejos amigos de todos los veranos, desde que era una niña, muchos visitantes de estación, como ella, otros habitantes fijos de la localidad, a pesar de cada cual sigue su camino, mantienen viva la amistad y este tiempo estival les retorna a su adolescencia, algunos solos, como Alba, otros con sus parejas.

 Llega el tren, alba sube al vagón, busca donde acomodarse, frente a ella, un hombre moreno, atractivo, le resulta conocido, le viene la imagen de la cafetería de la estación, estaba allí, sus miradas se cruzaron en varias ocasiones, aunque  ella no le dio más importancia,  esos ojos quedaron grabados en la  memoria, él, le sonrió, la muchacha fingió no darse cuenta, saca un libro de su bolso y se sumerge  en la lectura, aunque se siente  observada, así hasta llegar a su destino, las tres horas de viaje, el no deja de mirarla y ella, con disimulo,  también a él, le complace aquella situación, pues es un hombre muy atractivo. Llegan a su parada, ella se levanta  y sin mirar atrás desciende  del tren. En la puerta de salida, la espera  su amiga Isa, de camino a casa, no puede  dejar de pensar en esos ojos turbadores, que la han  hecho sentir viva de nuevo, ese hormigueo en el cuerpo que ya no recordaba, pero no merecía la pena pensar en eso, es imposible coincidir nuevamente, quien sabe hacia dónde viaja ,ni cuál es su vida…

Esta noche la pasará  en casa de su amiga, mañana acondicionará  la suya,  desde que sus padres han  dejado de viajar allí, permanece  cerrada. Las dos mujeres cenan  tranquilamente y después de varias horas conversando en la terraza,  el  calor  es agobiante ,  el cansancio vence a Alba , se ha  va  a descansar, al día siguiente hay  mucho que hacer.

Por la mañana temprano, después de desayunar, las dos mujeres salen  hacia el centro comercial,  van de compras, pasean, Alba no logra dejar  de pensar en aquel hombre del tren, sonríe  sitiándose ridícula, Isa viendo  la  expresión de su amiga, intuye lo pasa por la mente de su amiga.  Es  la hora de almorzar, buscan  algún lugar frente al mar, el viejo restaurante donde se reunía la pandilla, ahora reformado, está precioso, el camarero  les indica donde sentarse y  les toma nota, entra  en el  local una pareja, la mujer saluda a Isa, el semblante de los dos es serio, aunque la expresión de él  cambia al ver a Alba, era el hombre del tren, al instante, sus miradas se encuentran , pero ella piensa  el sinsentido de aquello ,él está  con alguien. Isa observa  la reacción de su amiga, al ver aquel desconocido.

Regresan y  se dirigen  a la casa de Alba, entre las dos la pondrán  a punto, mientras trabajaban, Isa  pregunta  a Alba, ella le cuenta  que ese es el hombre del tren, Isa no sabe quién es ,conoce  a su acompañante de coincidir en la panadería , vive en la localidad desde  algún tiempo, pero no sabe  de su vida, es una mujer solitaria, poco amigable. Al finalizar sus tareas, las dos amigas se despiden  hasta noche, que se encontrarán  con todo el grupo, saldrán  a cenar y después a bailar a la playa, se celebra una fiesta marinera.

Llegan las dos al punto de encuentro, a todos se sienten alegres  con la presencia de Alba, la muchacha luce  muy bella, los años le habían tratado bien, a pesar de que no todo no ha sido  fortuito en su vida. Después de una cena informal, risas, bromas, cantos, marchan a la playa, comienza a sonar la música de la fiesta. La carpa es  enorme, muy bien decorada, invita a disfrutar de la noche sin pensar en nada más. Alba se divierte  como una adolescente ,baila ríe a carcajadas ,conversa  con unos y otros, el calor es intenso y con tanta gente es más intenso por lo que decide  salir a tomar un poco el aire, en el exterior  unos bancos con forma de columpios, a ella de siempre, le encantaron ,sentada  allí, mira  las estrellas, como si pensara que Alberto la ve  desde donde se encuentre, ella  así lo siente ,lanza  un beso al cielo, tras ella una sombra se dibuja en la arena, un tanto sorprendida, se da la  vuelta ,es el hombre del tren, con unas copas de champagne, ofreciéndole una. Su nombre era Sergio , es  psiquiatra, la mujer con la que lo vieron  es  una paciente, en otro tiempo mantuvieron  una relación personal, pero eso es pasado, cuando cae en una  crisis, lo llama, el acude a ayudarla ,pero como profesional y amigo. La conversación es  muy grata, ese hombre le inspira tanta ternura y confianza, como si se conocieran  de mucho antes, hablan ,pasean  por la playa hasta el amanecer.
Las luces del día, embellecen  a Alba e iluminan  la sonrisa de Sergio ,de pronto caminan tomados de la mano, en esas horas compartidas, la complicidad surge  entre ellos, los dos sienten   que aquello es  un amor a primera vista, desde el momento en que se vieron en la cafetería de la estación. Llega  el momento  de regresar a casa, la fiesta  se acabó hace horas, pero ellos inventaron la suya.
 Los primeros rayos de sol, son  testigos de aquel apasionado beso, que es el comienzo de una hermosa historia de amor.
 Magda Jardí
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domingo, 26 de octubre de 2014

Una historia de dos.



Después de mucho tiempo en soledad, Víctor tiene una cita, está tarde se verá por primera vez con María, una chica que conoció en Internet, tras dos meses hablando casi a diario, han decidido que era el momento de conocerse en persona, viven en la misma ciudad, por lo que si esta cita resulta favorable, les será fácil verse a menudo, es la primera vez que Víctor queda con alguien de la red, pero en esta ocasión, deja a un lado la desconfianza ante estos encuentros y sus temores, siente que María es mujer seria, despierta en él algo especial.

Víctor, vestido con camisa celeste y un vaquero negro, se dispone a salir, en su interior una mezcla de  sentimientos, inquietud, recelo, ilusión, la esperanza de que ella sea como la intuye, como se ha mostrado en sus conversaciones, teme sufrir nuevamente, como cuando lo abandonó Cecilia, su pareja de muchos años, recordarla le daña  como el primer día.

Una noche, al llegar del trabajo, allí estaba Cecilia esperándole con su equipaje en la entrada, simplemente le dijo que estaba cansada de su vida junto a él,repentinamente, no tenían nada en común,  el aburrimiento la llevó a la cama de un comercial que conoció en su  trabajo, se marchaba con él, deseándole una buena vida, Víctor, sorprendido, confuso, quedó mudo viéndola salir, tras varios intentos de contactar con ella, logró una breve charla telefónica, en la que simplemente le dijo que se olvidara de ella, Víctor trataba que  Cecilia  le aclarará el motivo, porque nunca lo habló con él, pero  solo silencio y el tut tut del teléfono colgado. Un día, al año de la marcha de Cecilia, coincidió en un  supermercado con una amiga de Cecilia, esta al verlo, se acercó a él, ella sabía  toda la historia y pensaba que él tenía derecho a conocerla. Cecilia perdió la cabeza por un tipo, que le prometía  amarla y un día ser parte de su vida  y quedó en cinta, por eso lo abandonó a él sin explicaciones, decidió presentarse en casa del hombre sin avisarle,  llevándose la sorpresa de que era casado, al verla fingió no conocerla,librándose de ella, la había engañado, Cecilia avergonzada y despechada, dejó su trabajo,  marchó a Sevilla, donde  vivían sus tíos, dio a luz a una niña, al poco se casó con un amigo de su primo diez años mayor que ella, Víctor, no podía creer aquella historia, cinco años conviviendo con ella y era una desconocida, desde entonces, se cerró a nuevas relaciones, hasta que apareció María.

Víctor, entra en el bar donde se ha citado con María, tras él llega una mujer morena, el cabello recogido en una larga trenza, luce un bonito vestido corto, color rojo, que resalta su silueta, al verla él se levanta tratando de llamar su atención, pero ella ya se acerca a la mesa, lo reconoce al instante. La tarde pasa veloz, charlan, ríen, se miran a los ojos, Víctor  se siente tan cómodo con aquella mujer, que teme despertar y que todo sea un  sueño, ella es transparente, dulce, sencilla, tal como él la sentía, María, es extrovertida, no oculta la atracción por Víctor, a pesar de que su vida no ha sido fácil, contagia optimismo. Es hora de regresar a casa, Víctor, la acompaña, caminan despacio, sutilmente, él la coge de la mano, ella le mira complacida, al llegar frente al portal de María, Víctor la besa en los labios, ella le invita a subir a su casa, Víctor lo está deseando, pero sus fantasmas pasados aparecen, delicadamente, rechaza la invitación, es tarde, mañana es día de trabajo, María sonríe, lo entiende, para ella tampoco es fácil, pero necesita superar sus miedos, ella vivió una historia de mal trato que de poco no lo cuenta, María, dulcemente, acaricia la mejilla a Víctor y se despide hasta mañana, pero Víctor la abraza, está  enamorado de aquella mujer y no la quiere perder, ella le susurra al oído ‘ es el comienzo de algo hermoso, llegará el momento’, María, entra en el edificio, Víctor se aleja.

Amanece, suena el despertador, Víctor, se levanta a desgana, odia trabajar el sábado, durante toda la mañana, no deja de pensar en María, al salir del trabajo, la llamará, le gustaría pasar la tarde con ella si ella aún quiere verlo,  se le hace interminable la mañana, cuando ve las dos en el reloj, suspira aliviado, se dirige a la puerta caminado rápido, al llegar a la verja allí está María esperándolo, le saluda con  un cordial ‘hola’, él le responde besándola apasionadamente, en ese instante se borró el pasado, un futuro comienza para los dos.

Magda Jardí

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Frases inolvidables

"Los sueños cumplidos que jamas olvidaremos, son aquellos que soñamos juntos"
"Tus labios siguen teniendo el dulce encanto del primer beso"

jueves, 23 de octubre de 2014

La cajita de música

Como es habitual, Daniel y Silvia , amigos desde la adolescencia, se encuentran después de almorzar a tomar café, aunque hoy  todo es distinto l, en pocas horas, Daniel tomará el tren, se ausenta de la ciudad durante un tiempo indefinido, Daniel, observa el reloj de la pared, debe marcharse, aún le queda tarea por hacer, se levanta, Silvia tras él, la abraza dulcemente y le besa en la mejilla, ella le pregunta cuando regresará, él responde,’ no depende de mí, tiene un detalle para ella, una caja de música, con su melodía preferida, además, en su interior un libro de poemas, ambos adoran la poesía, Silvia sonríe, en su rostro una mezcla de alegría y tristeza, es mucho tiempo compartiendo buenos y ratos momentos, en la puerta de la cafería, Silvia se despide de su amigo, lo contempla mientras se aleja entre la gente.

Silvia camina, pensado en cuanto añorará a Daniel, confía en pronto estará de nuevo aquí, al llegar a casa, busca donde colocar su cajita de música, decide dejarla en un estante de su habitación, así lo verá cada noche al acostarse, sintiendo a Daniel cerca de ella.

Han pasado unos meses desde que Daniel se fue, no llegan noticias de él, algo que inquieta a Silvia, en estos meses ha aceptado lo especial que es Daniel para ella, siente algo más que amistad por él, necesita tener entre sus manos la cajita de música que  regaló, la coge del estante, la abre, mientras suena la bella melodía, abre el libro y cae un sobre, es una carta de Daniel,...

Querida Silvia
En estos años no he sido capaz de confesarte cuanto te  amo, he callado por temor a ser rechazado y perderte incluso como amiga, pero ya no puedo seguir guardado el secreto, si tú me ves como yo a ti, espero tu llamada, al número anotado al pie de la hoja, si no me llegan tus noticias, entenderé que tan solo merezco tu amistad, entonces buscaré mi vida en este lugar, pase lo que pase, te amo y te amaré.
Con todo mi amor
Daniel

Silvia no es capaz de  contener la emoción, pero han pasado diez meses desde que su marcha, piensa que aún estará a tiempo, apresurada marca el número de teléfono, la voz de una mujer le responde. Silvia confundida, pregunta por Daniel, la mujer le dice que su esposo no está en casa, si  desea dejarle algún recado a su regreso en la llamará, Silvia cuelga el teléfono , con rostro bañado en lágrimas, no entiende nada, se arregla y sale a la calle, necesita tomar el aire, camina hasta el embarcadero, allí todas las tardes, Manu, el mejor amigo de Daniel, pasa unas horas pescando en una pequeña cala, Manu, viendola  acercarse sofocada, el hombre le pregunta que le sucede, Silvia con la voz entrecortada le relata lo sucedido, Manu, baja la vista, es cierto Daniel se casó, él estaba convencido de que Silvia al llegar a casa el día de su marcha, abriría la caja de música y a más tardar en un día llamaría, espero esa llamada durante una semana, aceptó el rechazo de ella, un par de meses después, conoció a una atractiva mujer, a las tres semanas cansado de esperar el momento adecuado para todo, no lo pensó, le propuso matrimonio a aquella mujer, 'llegaste tarde amiga, ese tren no era para ti.'
Magda Jardí
©Derechos reservados

domingo, 19 de octubre de 2014

Siempre te guiaré.



Guillermo regresa a su pueblo después de diez años, marchó a la ciudad en busca de una vida mejor, a las pocas días comenzó a trabajar en una obra, aunque él siempre estuvo al frente de un  almacén de semillas y piensos, conocía el oficio de albañil, en infinidad de  ocasiones,  en las que Gerardo, su cuñado, estaba desbordado de trabajo en su pequeño negocio de albañilería y fontanería, Guillermo le ayudaba, llegando a ser su segunda ocupación,. En unos meses se situó,  alquiló  un piso y dejó la habitación en la pensión donde vivía, así era más independiente. Hizo amistad con algunos compañeros de la obra, salía con ellos los fines de semana, comenzó a intimar con Sara, hermana de uno de sus amigos, era una chica, muy sencilla y bonita, al conocerse, la atracción nació entre los dos, por lo que en poco tiempo se eran pareja, ella era peluquera, trabajaba en un salón de renombre en la ciudad.

En tan solo un año, a Guillermo le sonreía la vida, él y Sara decidieron casarse, aunque no tenían prisa, pues eran jóvenes, él tenía veinticinco años y ella veintidós, al estar el solo en la ciudad, fijaron la boda seis meses después. Las dos familias, aunque apenas se conocían, se sentían felices al ver a la pareja tan ilusionada, Guillermo lo había pasado muy mal años atrás, allí en el pueblo, mantuvo  una relación tormentosa con una chica de fuera, que pasaba temporadas en casa de sus abuelos, él se enamoró locamente ,pero para ella tan solo fue un pasatiempos ,un día dejó de  viajar al pueblo, los abuelos decían  que se había marchado a estudiar lejos, nunca se despidió de él, desapareció sin mas, por lo que el muchacho se lo pensaba mucho antes de tratar a una chica.
 Adquirieron  un pequeño piso, poco a poco lo  acondicionaban  su gusto. Se aproximaba el día, todo debía estar perfecto, Sara eligió un vestido precioso, parecía una muñeca con el, esperaba ansiosa unirse para siempre al hombre de sus sueños. Casi sin darse cuenta en unas  horas se convertirían en  marido y mujer, eran inmensamente felices, lo tenían todo a punto, el banquete se celebraría en un restaurante en el campo, sería una celebración intima, la familia más cercana y algunos amigos. A los pocos meses de la boda, Sara  perdió su empleo, decidieron  cerrar la peluquería, Guillermo le sugirió quedarse con ella, a Sara sentí un poco de temor ese proyecto demasiado  era grande para ella, después de meditarlo, le pareció buena idea, ser propietaria de la peluquería, siempre lo soñó, pero nunca imaginó que ese sueño sería real algún día, con gran esfuerzo, costearon el traspaso, ahora a trabajar duro, pues había que mantener a la clientela.

Entre los dos consiguieron una buena vida, a pesar de que les ilusionaba la idea de ser padres, los dos sabían que por el momento no podía ser, así pasaron siete años. Sara comenzó a sentirse mal, tenía todos los síntomas de  estar  embarazada. Visitaron al ginecólogo ,después de explorarla, lamentablemente no era así, le diagnosticaron una grave enfermedad, que la iría dejando vegetativa ,desgraciadamente, su proceso era muy rápido, en pocos  se vio obligada a  deshacerse  de la peluquería, le era imposible pasar tantas horas de pie, además sus manos no respondían como debían, Guillermo decidió que con el traspaso del negocio de Sara, él podría establecerse por su cuenta, era un buen albañil, desde un tiempo le ofrecían pequeñas  faenas de particulares era conocido en el oficio  ,sabía que no le faltaría el trabajo, así también estaría más libre para ocuparse de Sara, su esposa  necesitaba cada día más  de sus atenciones, Guillermo,  desesperado, no sabía qué hacer, buscó a una persona que le ayudará, a él le sobraba el trabajo, su negocio funcionaba muy bien, quería dar a su esposa los mejores cuidados, a pesar de ser un hombre fuerte, cayó en una depresión, ver a aquella mujer que era tan bella que se convertía en una sombra de sí misma, ahora que lo habían conseguido todo, una vivienda preciosa, un negocio prospero, habían disfrutado  unos años muy buenos, viajando, divirtiéndose, también trabajando mucho y todo se desmoronaba, cambiaba los logros  por  lo que era más importante para él, su amada Sara, él sabía que se acercaba el momento de la marcha de ella. Los ingresos en el hospital era  más frecuentes, en el último pocas esperanzas le dieron, pero él necesitaba saberla feliz, ella también sentía que llegaba el fin.

  A Sara apenas le quedaban  fuerzas, seguía siendo hermosa, aunque era una rosa marchita, tomó la mano de esposo, sentado junto a la cama, se despedía de él, le rogó  a su esposo que cuando ella ya no estuviera ,buscará una buena mujer que le diera los hijos que ella no pudo, él era joven, tenía una vida por delante, merecía  ser feliz, más de lo que fue con ella si eso era posible, no quería que la llorara, eso no la haría regresar, debía seguir adelante, ella siempre le guiaría, Guillermo no podía contener las lágrimas, ante  la entereza de ella, lo acarició y le regalo su última sonrisa. Por la mañana, cuando la enfermera que se ocupaba de ella fue a hacerle la higiene, se alarmó al ver su respirar muy suave, avisó a Guillermo, al entrar él, la besó en la frente, ella murió dulcemente, su vida se desmoronó, acababa de perder su razón de vivir, sin ella   nada merecía la pena, aquel bello sueño, ahora era una pesadilla.  En unos instantes llegó la familia de Sara, abrazaban a Guillermo, era un hombre derrotado, hundido, en esa desesperación le pareció escuchar la voz de Sara que le decía 'vive por mí, se feliz', Guillermo creía  que ya había enloquecido, que haría sin ella.

Unas semanas después, en soledad, intentaba ordenar sus ideas, pensar que hacer, no podía seguir en esa casa con tantos recuerdos, pero allí estaba la esencia de Sara, se sentía confuso, solo quería llorar, dormir, esperando al despertar verla allí, frente a él sonriendo. Eran  muchas noches en vela, le era imposible conciliar el sueño,  descuidaba  el negocio, su aspecto, todo, pero hoy el agotamiento le venció, y quedó dormido  en el sofá, soñó con Sara, ella le decía que regresara a su pueblo, allí encontraría su camino, despertó sobresaltado, no sabía si era solo un sueño o Sara estuvo allí. Decidió seguir las palabras de Sara o de su subconsciente, vender la casa, trasladar su negocio al lugar donde estaban sus raíces y continuar  con su vida.

A su llegada le esperaban sus padres, aunque no pensaba quedarse mucho tiempo con ellos, en unos meses,  todo le marchaba de nuevo como antes, pero le faltaba lo más importante para él, su gran amor, Sara. Al año de instalarse en su localidad natal debía buscar  secretaría, su hermana ocupaba ese puesto mientras preparaba su boda, en cuanto  contrajo matrimonio, dejó el empleo. Esta tarde tenía una entrevista con una chica aspirante al empleo, a la hora prevista entró en su oficina una mujer, de su edad, morena y bastante atractiva, conversaron cerca de media hora, su currículo era perfecto, perdió  el trabajo  unas semanas antes, su jefe la acosaba, como ella no accedía a sus peticiones la despidió con un motivo absurdo, al ver su oferta y decidió presentarse, ahí estaba su  secretaría y la mujer que con el tiempo llenaría su corazón.
En la vida todo sucede por un motivo.
Magda Jardí

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A veces cuesta amar


 

El mar acariciaba las rocas de la playa y Alfredo estaba allí, mirando el horizonte, sus pensamientos estaban puestos en aquella hermosa mujer que lo había seducido.

Dicen que cuando un hombre se enamora, se torna nostálgico, sonríe a cada rato, aun sin motivos y se torna mucho más agradable en el trato.
Sus compañeros estaban felices y él también. Había dejado de ser ese compañero mal humorado para convertirse en una persona magnífica. Todos sabían que ese cambio se lo debía a la nueva directora de la empresa donde trabajaba. Gladys era muy elegante, eficiente y cordial. Quién no se enamoraría de alguien así...expresaba algo celosa Fabiana, su compañera de oficina. Ella había amado en silencio mucho tiempo a Alfredo, pero ese silencio hizo que un día lo perdiera...

La vida es así, que le voy a hacer...quedaré solterona, pensaba mientras los veía sonreírse y caminar juntos tomados de la mano rumbo a la oficina.


La magia dicen que dura poco, pronto el mago comienza un nuevo truco y un día la
directora anunció que se marchaba de la empresa. Viajaría con su propietario rumbo a Venezuela, donde había comprado una compañía. Según sus palabras sería allí la administradora, triplicando su sueldo y estaría más cerca de Las Vegas, el lugar donde deseaba ir a vivir, un lugar lleno de magia, luz y vida. Nos decía

¡¡¡Alfredo encontrará una buena chica!!! Pobre, él es tan falto de iniciativa que seguramente terminará su carrera como empleado administrativo, yo...no puedo darme el lujo de casarme con una persona tan conformista. Si lo ven, díganle que le deje saludos, un beso para todos, chauuuu...

La miraron marchar sus compañeros, con un poco de envidia, ella sí que la tiene clara murmuró el cadete Santiago, mientras le llevaba un café a la oficina de Alfredo, que desde ese día dejo de caminar por la Costanera...
Narrativa del libro Semillas para el Alma, de Nestor O Salgado, escritor de Argentina

domingo, 12 de octubre de 2014

El hombre misterioso.



Es  un frío día de Enero, como cada mañana, Clara camina hacia el trabajo,  la noche ha sido gélida, la sensación de humedad le provoca tiriteras , a pesar de vestir su abrigo azul de paño, las botas de piel, que le regaló su madre una Navidad ,  los guantes y la bufanda que con tanto cariño le tejió su tía Elvira, a la que no ve desde hace mucho tiempo, pero hablan por teléfono de vez en cuando, para Clara es como su hermana mayor, la diferencia de edad entre ellas no es mucha, no sabe el por qué ella y su madre dejaron de hablarse, tan solo recuerda que cuando su padre dejó a su madre tras una agria discusión, la relación entre Elvira y Nuria, que eran inseparables, acabó, Clara,  sutilmente preguntó a su madre, pero Nuria cambiaba de tema, con Elvira no tuvo más suerte, sonreía encogiéndose de hombros, al poco tiempo su tía, se trasladó a otra ciudad, prometiendo a Clara visitarla, cuando la muchacha se independizó, Elvira estuvo con ella, esa fue la última vez que se vieron han pasado seis años, Elvira por trabajo viaja mucho, le resulta difícil disponer de tiempo libre, aunque,puntualmente  no pierde en contacto con su sobrina.

Desde unas semanas, Clara se siente algo inquieta, durante su trayecto al trabajo, ha notado la presencia de un hombre al que nunca había visto, camina a  cierta distancia, pero a ella le parece que la sigue, al llegar a su destino, el hombre permanece parado durante un breve tiempo, quizás sea casualidad simplemente, pero ya han pasado muchos días desde la primera vez que lo vio, allí tras ella. Clara se encararía a él, pero antes debe comprobar que está en lo cierto, mañana cambiará la ruta. Clara entra en la oficina donde trabaja, Alex, el conserje le sonríe, es un hombre encantador, en varias ocasiones han salido a tomar una copa, acostumbran a desayunar juntos en una cafetería cercana , Clara se pregunta el por qué son solo  amigos, cuando existe entre ellos más afinidad que entre muchas parejas. Hoy decide  comentar  a Alex del misterioso hombre, él le propone ir a recogerla a su casa todos los días, Clara, prefiere esperar como actúa el tipo al cambiar el camino, mañana lo comprobará, Alex, con discreción observa cada movimiento de Clara, sueña confesarle sus sentimientos, pero teme ser rechazado, piensa que es demasiado bella e inteligente, no puede esperar que Clara lo vea como algo más que un amigo, piensa que cualquier día se alejará de él, se enamorará de otro, si supiera que Clara espera que ese hombre sea él, Alex le propone cenar juntos, hoy inauguran un restaurante cerca del puerto, ella acepta, le encanta la compañía de Alex, al acabar la jornada, Alex recuerda a Clara que a las ocho la recogerá, ella asiente y camina coqueta hacia la salida, Alex la contempla embelesado, suspira pensado en esta noche.

 A la hora acordada, Alex espera a Clara frente a su casa, ella baja a toda prisa, repentinamente detiene su paso, en su semblante aparece la preocupación, discretamente, le comenta a Alex, que el hombre misterioso está allí, la intención de Alex es ir hacia él, pero Clara se lo impide, el muchacho le pide precaución,  quien sabe que pretende ese tipo, Clara entra en el coche de Alex, se dirigen al restaurante, Alex se ha propuesto que esta noche sea especial, si fuera capaz de decirle cuanto le hace sentir, que su mundo es ella, puede que algún día encuentre el valor de abrir su corazón. Pasan una velada tranquila, Alex piensa lo hermosa que es y lo guapa que está esta noche, con ese vestido azul resplandece como una estrella, su estrella como él la llama cuando la piensa, entre risas y conversaciones cenan, toman postre y una copa de champagne invitación de la casa, a ella le entregan  una rosa azul como su vestido y a él una botellita de brandy, detalle por la apertura del local, se levantan y salen a la calle, la noche es fría, Clara se acerca a Alex, él ,instintivamente, pasa su brazo por los hombros de Clara, tratando de darle su calor, ella le mira sonriendo y se acurruca, Alex, viendo el rostro de ella cerca del suyo, sin pensarlo intenta besarla, pero cuando sus labios están a milímetros, ella levanta la cara, ha visto  al hombre misterioso  casi frente a ellos, medio oculto entre unos árboles, Clara, asustada, abraza a Alex, es más que evidente, ese tipo la vigila y apenas se esconde, ¿qué buscará?, se preguntan los dos, Alex cree que es el momento de averiguarlo, sin pensarlo, va hacia el hombre, lo sorprende por la espalda, al darse la vuelta, se encuentra Alex, mirándolo furioso, el hombre con prudencia le saluda, Clara, temerosa se acerca, en  el semblante del hombre al verla se refleja alegría, ruega a Alex, buscar algún lugar tranquilo donde poder explicarse, eso es lo que quiere Alex, una aclaración de aquello que parece de película de detectives. Los tres caminan  despacio, sin hablar, a pocos metros  hay un bar aún abierto, buscan un rincón discreto, Clara y Alex, se sientan frente a Pablo, este comienza diciendo a Clara lo bonita que es, cuanto le recuerda a Nuria, su madre, Clara lo mira sorprendida, Pablo pide disculpas, pues debe empezar desde el principio.

Pablo, conoció a Nuria, la madre de Clara hace veinticinco años, casi los que ella tiene, Nuria pasaba un mal momento con su esposo, se habían planteado separarse, al parecer Nuria sospechaba que había otra mujer, ella sabía quién era, tan solo le dijo que se llamaba Elvira, Clara no podía creerlo, su tía y su padre engañando a su madre, Pablo y Nuria, comenzaron a verse, el marido  de Nuria estaba de viaje y posiblemente Elvira lo acompañara. Pablo se enamoró de aquella, en apariencia, dulce mujer, durante dos  semanas se vieron a diario, los primeros días tan solo paseaban y tomaban un café por la tarde, pero la pasión de el por ella quizás la soledad y el rencor que sentía ella, parecía , les unían cada vez más, a los pocos días, se encontraban en una pequeña pensión  en la que se amaban, soñando en pasar el resto de su vida de ese modo, incluso Nuria  se planteó acabar con su matrimonio ,o eso le decía a Pablo, allí engendraron a Clara, aunque él lo desconoció  hasta pasados muchos años, el esposo de Nuria regresó, esta le sugirió que lo mejor era acabar con aquella historia, ella seguía amando a su marido, las palabras de ella fueron que durante el viaje había reflexionado e intentarían que su relación siguiera adelante, Pablo intentó que Nuria meditara aquello, si algo está roto no hay arreglo, le rogó que se quedara junto a él, le daría la mejor vida que pudiera imaginar, pero Nuria se alejó sin despedirse, él intentó contactar con ella, pero le resultó  imposible, nunca olvidó aquella mujer, tomo aliento unos segundos y continuó, un día, muchos años después  recibió una llamada telefónica, era una mujer cuyo nombre era  Elvira, le propuso  encontrarse, pues debía saber algo importante para él, el nombre le resultaba conocido, aceptó verla, era la hermana de Nuria, muy parecida a ella, quedaron en un parque, sentados en un banco conoció la existencia de Clara, entonces era una mujercita  de veinte años, Elvira le mostró fotos, era el vivo retrato de Nuria, Pablo preguntó a Elvira el por qué no se lo había dado a conocer hasta entonces, Elvira simplemente respondió que era el momento de las verdades, Nuria, al regresar su esposo dispuesto a separarse de ella  para comenzar una vida con Elvira, está le anunció su embarazo, así lo retenía a su lado, el acabó con Elvira, para él un  hijo era muy importante, pero con los años Elvira averiguó  la mentira de Nuria, que lo único que consiguió fue amargar la vida de su esposo y destrozar a Elvira, ella siempre amó a su cuñado, en venganza, lo hizo público , Nuria se quedó sola, como ella estuvo tantos años, Elvira dejó la ciudad , el padre de Clara en pocos meses se reunió con ella, Pablo buscó a Clara tardó un tiempo en encontrarla, Elvira no le reveló donde se encontraba, quizás no de la mejor de las maneras, pero no sabía cómo llegar a ella, Clara no podía creer aquella historia, pero sabía que era cierta, pues partes del relato las había vivido, ahora llegaban respuestas que ella pedía y todos callaban, solo le dolía que su padre, el que la había criado, la hubiera borrado de su vida y su tía callar  que estaba en contacto con él, sin más explicación, sabiendo lo que Clara sufrió, adoraba a su padre.
Clara se levantó, necesitaba abrazar a Pablo, después de tantos días temiéndole, tenía frente a ella a un hombre encantador, con una sonrisa mágica, aunque en su mirada se notaba una pizca de melancolía, Alex, observaba en silencio, era hermoso verlos, padre e hija mantuvieron una larga conversación, al acabar, Pablo se dirigió a Alex, en los días que había buscado la manera de llegar a Clara, también lo observó a él, sabia de sus sentimientos por ella, el animó a lanzarse , Alex asintió, el camino estaba abierto. Sin decir una palabra  Alex enlazó  entre sus brazos a Clara, fundiéndose en un apasionado beso ante la mirada complacida de Pablo.

Pablo permaneció unos días en casa de Clara, querida despedirse de Nuria y así pasar página, Clara y Alex acompañaron a Pablo. Frente a una sorprendida Nuria  Clara, habló la primera, sabia toda la historia, no era quien para juzgar a su madre, pero había causado mucho dolor, no se puede obligar a nadie a compartir una vida y mucho menos cuando existe otra persona  que se ama de verdad, dejó solos a Nuria y Pablo, ella lo miraba indiferente, simplemente fue un desahogo de mujer frustrada, Pablo no fue capaz de hablarle, simplemente le dijo adiós esa ya no era la mujer de la que se enamoró . Los tres dejaron la casa de Nuria, está, de repente vio su pasado ante ella, su mentira la había llevado a perder todo.

Pablo debía regresar a su ciudad, pero mantendría el contacto con Clara, Pablo  era un hombre bien situado, muy trabajador, algo que Clara había heredado de él, se despidieron hasta pronto, Clara y Alex lo miraban mientras se alejaba, una vida comenzaba en ese instante para los dos.
Magda Jardí
©Derechos reservados


sábado, 4 de octubre de 2014

Segunda oportunidad de amar.


Con los años, la vida  de Ester era bastante monótona. Dejó su empleo al casarse, Damián, su esposo la idolatraba, se desvivía por ella,  quiso hacer de ella  su reina, y así fue, él tenía un buen empleo, muy bien remunerado, por lo que ella no necesitaba salir a  trabajar, aunque  era una mujer inquieta y con las tareas del hogar no le bastaba, Éster era esteticista, a los tres años de su boda, Damián la sorprendió abriéndole un pequeño salón de belleza.

En pocos meses, el centro  se le quedaba pequeño, Ester era muy buena en su oficio, por lo que necesitaba ayuda,  pensó que estaría bien ampliar los servicios del salón, además de dedicarse a la Estética, también  Peluquería ,con una pequeña reforma buscarían una peluquera, con conocimientos de Estética , entre las dos llevarían el negocio, a Damián le pareció buena idea, todo lo que a ella la hiciera feliz a él también, se amaban cada día más, cada uno era la pieza que encajaba en el puzle del corazón del otro. A la  semana  de publicar el anuncio, comenzaron a llegar personas interesadas en ocupar el puesto, todos muy cualificados, pero destacaba José Luis, un atractivo cincuentón, recién llegado del norte, acababa de pasar por un divorcio traumático, su ex esposa, le hacía la vida difícil, por lo que decidió dejar Bilbao y trasladarse a Barcelona, donde vivía su hermana menor, Éster lo consultó con su esposo, a él le pareció bien, José Luis fue contratado.

En seis meses, el salón era el más visitado de la zona de Gracia, entre los dos, hicieron de el en un centro glamuroso, a precios asequibles, algunas señoras, comenzaron a frecuentar el salón por José Luis, pero ante  los resultados, se quedaban como clientes fijas, al  año se plantearon  aumentar la plantilla, por lo que contrataron a una chica, durante unas  horas. Con José Luis parecía que había salido el sol en el negocio, entre Ester  y José Luis, nació una estrecha amistad, algo que a él le fue muy propicio  para acabar de remontar su equilibrio emocional, pues hasta su llegada  al centro de Ester  no veía salida en su estado depresivo, allí  encontró empleo y una buena amiga.

 Pero no todo en la vida de Ester brillaba, su esposo enfermó gravemente, el apoyo de José Luis en aquellos momentos, la ayudó a seguir a flote, en dos meses ,Damián moría y la alegría de Ester con él, era el amor de su vida ,los años compartidos vivieron un amor de ensueño, no existían palabras para definir cuanto se amaban. Damián era un hombre de carácter, pero Ester siempre lo suavizó, tuvieron sus diferencias, como cualquier pareja, nunca una mala palabra, un grito, dialogando pacientemente, todo se arreglaba enseguida, en aquellos momentos Ester no se sentía con fuerzas para nada, llegó a pensar en abandonar todo.

A la semana del fallecimiento de Damián, José Luis visitó a Ester, él opinaba  que lo mejor es que ya regresará al salón, le vendría bien mantenerse ocupada y él se quedaría  más tranquilo teniéndola cerca, el hombre sufría al pensar que estaba sola en su casa, aunque él la llamaba por teléfono diariamente y sus familiares estaban pendientes de ella. Esa tarde Ester abrió el salón, parecía una muñequita de porcelana, intentaba sonreír, pero el dolor se reflejaba en su rostro, estaba agotada.
Con la ayuda de José Luis y Damián en su mente, Ester, poco a poco, se repuso, todas las mañanas, era la primera en llegar y la última en marchar. Poco a poco la amistad entre José Luis y ella estaba cambiando, algo más profundo les unía, pero Ester no se daba cuenta.
El tiempo pasaba y ellos eran ya inseparables, comenzaron saliendo a cenar los viernes noche, al cierre del salón, eran cenas entre compañeros o entre dos corazones que se estaban enamorando. Ella se convencía  que  José Luis, era simplemente  su gran amigo, el que tanto la ayudó, para él Ester ya era su amor y no podía seguir guardando aquel sentimiento.

El sábado era el cumpleaños de Ester ,José Luis quería sorprenderla con algo especial y hablarle claramente, reservó  mesa en un restaurante frente a la playa, en los bajos del Hotel del Mar, un lugar precioso ,cenarían casi tocando el agua,  un lugar muy romántico y de alta gastronomía, quedó en recogerla a las nueve, a su llegada, ella estaba preparada, la vio más hermosa que nunca, su rostro comenzaba a resplandecer.

El menú era exquisito, Éster  no dejó de sonreír ,era feliz después de tanto tiempo, a los postres, una sorpresa para Ester ,el grupo musical que amenizaba el local, le dedicó su canción favorita, una vieja melodía de un cantante italiano, emocionada la tarareaba, al acabar, José Luis le propuso dar un paseo hasta el balcón frente al mar, caminaban charlando amenamente, él ,instintivamente, la cogió de la mano, así caminaron hasta llegar al semicírculo del balcón, a la luz de la luna, José Luis, la rodeo por la cintura y le abrió su corazón  Ester miró al cielo, como esperando la aprobación de Damián, acercó su labios a los de José Luis, fundiéndose en un apasionado beso enamorado ,donde estuviera Damián les observaba  contento, Ester encontró nuevamente el amor, la vida le dio una segunda oportunidad de amar.
                                   
Magda Jardí
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