sábado, 26 de julio de 2014

Si no la hubiera conocido.



David regresaba a casa de madrugada tras su jornada laboral, era vigilante en una fábrica de automóviles, caminaba despacio, nadie lo esperaba, pensar en esas cuatro paredes vacías, el frio
 de la soledad, si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, para que pensar, pues era imposible, el pasado no tiene arreglo y es mejor  pasar página, aunque es difícil cuando se tiene memoria. Llegó frente a su portal, no le gustaba nada ese edificio, pero el piso por dentro era acogedor, además estaba situado en un barrio tranquilo, bastante cercano a su trabajo.

No tenía sueño, se sentó en el sofá y se dejó  llevar por los pensamientos. De joven era un muchacho osado, siempre andaba en peleas eso  aumentaba su atractivo ante las chicas, le daba la imagen de duro, a ellas les encantaba, por lo que le era fácil conquistarlas, aunque ninguna le gustaba bastante como para comenzar una relación seria, hasta que conoció a Virginia, la mejor amiga de su hermana Mayca, una joven algo tímida, aunque encantadora y muy bonita a ojos de David. A pesar de que ella trataba de mantenerse distante con él, sabia de su mala fama y eso le desagradaba, aunque el muchacho le parecía simpático y divertido, David vio en ella la mujer de sus sueños, Mayca advirtió a su hermano del sentir de Virginia, David, siempre que le era posible se hacia el encontradizo con ella, hasta que un día la vio acompañada, Mayca le contó que había comenzado a salir con alguien, aunque David no la dio por perdida.

Pasaron unos meses, la relación de Virginia parecía seguir adelante, aunque David se mantenía discretamente  cerca, ese chico no le transmitía nada bueno, era autoritario ,se veía bastante grosero, una tarde David  se encontró con sus amigos en la terraza de un bar, planeaban la noche del viernes, en una mesa contigua estaba Virginia con su novio, ella ruborizada y cabizbaja escuchaba las palabras soeces que él le dedicaba, David no soportaba aquella situación, él tenía muchos defectos pero nunca ofendía y menos a una mujer, sus amigos evitaron que se acercara a ellos, si ella callaba no debía de sentirse muy molesta, en esta ocasión trago saliva y no intervino, unos días después, de nuevo coincidían en el mismo lugar, la escena se repetía, David se descontroló, se enfrentó al acompañante de Virginia, ella le grito que se alejara, pero era tarde, la pelea había comenzado, tras una agría discusión, llegaron a las manos, en unos minutos llegaba la policía, a ojos ajenos el culpable era David, todos vieron que fue el quien abordó a la pareja, sus amigos trataron de explicar lo sucedido, pero David fue detenido, en esta ocasión solo unas horas de prisión , no podía creerlo. Cuando fue puesto en libertad, Mayca estaba en la entrada de la  comisaria, le aconsejó que se mantuviera lejos de ese chico, David se preguntaba que hacia una mujer como Virginia con ese sujeto, es que no tenían nada que ver, Mayca le sugirió que lo dejara estar, quizás Virginia no era como él pensaba,. Después de lo sucedido necesitaba charlar con Virginia, sin pensarlo se presentó en su trabajo, la esperó en la puerta, ella le pidió disculpas, pero su novio se ponía  muy nervioso y en algún momento se dejaba llevar, pero era un buen hombre y la hacía muy feliz, en esas palabras se intuía tristeza y temor, Virginia se despidió de David con un beso en la mejilla y el ruego de  que olvidara todo, incluso a ella, la actitud de la muchacha aun confundió más a David, no estaba dispuesto a ver como ese tipejo la maltrataba y mirar hacia otro lado.

Una mañana, David se dirigía a su trabajo, salió con tiempo ,  le apetecía  dar un paseo antes de encerrarse en la taller en el que trabajaba entonces, un grupo de cinco  hombres aparecieron de repente frente a él, uno lo inmovilizó  por detrás, mientras comenzaban a golpearle, dejándolo en el suelo, antes de desmayarse escuchó la voz del novio de Virginia amenazándole, si no se alejaba de ella, se verían las caras de nuevo, hoy solo era un aviso si se veía obligado a visitarle otra vez, no lo contaría. Unas horas más tarde, David  despertó en el hospital, tuvo suerte de que pasara un compañero de trabajo, que llamó a la policía, su hermana se encontraba junto a él, David relató a Mayca lo sucedido, ella asustada le recordó su advertencia, ese chico era mala gente. Un agente de policía interrogó a David contó todo como sucedió, quien le atacó, los motivos, que realmente eran inexistentes, las amenazas, el policía lo tomó como una pelea sin importancia por una mujer, no merecía la pena denunciar, tenía las de perder después del incidente de días atrás, David quedó atónito, permaneció veinticuatro horas en observación y fue dado de alta hospitalaria, tenía contusiones leves por los golpes, David no pensaba acercarse a Virginia, ella era feliz con ese energúmeno, aunque David no lo creía así y mucho menos después de la conversación con ella.

David seguía con su vida, en alguna ocasión coincidía  con Virginia en su casa, visitando  Mayca, se saludaban distantes, si se cruzaban por el calle, él intentaba que ella no lo viera. Tras un año de confusión,  David  recuperó su paz, olvidó a aquella mujer, al conocer a Olga, con la que inició una relación, que parecía  seria, Mayca se sentía feliz, por fin David había encontrado una buena chica, hasta que una noche la policía fue en su busca, sin mediar palabra, David fue llevado a la comisaria, después de unas horas de permanecer en el calabozo sin ninguna explicación, un agente lo condujo a una habitación donde seria interrogado, llegó un inspector, comenzó con las preguntas, David desconcertado, no sabía  de que iba todo aquello, el hombre le explicó que habían encontrado a una joven muerta, había testigos y por las descripciones todo indicaba que era el autor, la mujer era Virginia, al parecer fue golpeada y violada, dejando su cuerpo en un descampado, unos hombres pasaban por el escenario del crimen viéndolo a él sacando el cuerpo del domicilio de la víctima, su novio al instante había identificado a David, como ya existía una denuncia por un incidente relacionado con ella era el principal sospechoso, sería retenido hasta que se aclarara el tema, David fue encarcelado por tiempo indefinido, Mayca intentó verlo, pero no les fue permitido hasta que el juez valorara y decidiera, aunque David lo tenía complicado , a las  horas,  llevaron a David ante el juez, aunque la declaración del novio de Virginia no dejaba dudas de que era el culpable . Cuando por fin, Mayca se reunió con David, la muchacha lloraba desconcertada, ella sabía que David era inocente, Virginia, la tarde anterior  a su muerte, visitó a Mayca, parecía angustiada, le confió que trataba de dejar a aquel hombre, pero no se lo permitía, la vigilaba, estaba pendiente de todos sus movimientos, ella intentaba acercarse a David, trataba retomar su amistad, el muchacho le había demostrado la clase de persona que era, pero él la esquivaba, sabía que cerca de él estaría segura, además desde siempre sentía algo por él, aunque equivocadamente se decidió por el otro y su vida era un infierno, se pasaba el día aterrorizada, Mayca no supo que responder a Virginia, le recordó la agresión a David y las amenazas, por lo que era lógico su distanciamiento de ella, solo le aconsejó que solucionara los problemas con su novio antes de buscar a David, Mayca no tuvo oportunidad de comentar a su hermano esa visita, ella era enfermera en urgencias del hospital, entró esa misma noche, la última que vio a Virginia y no regresó a casa hasta la otra noche, en el momento en que David era detenido, quizás si Mayca lograba ser llamada a declarar sirviera de algo, en unos días se celebraría el juicio,. Mayca fue interrogada, ella relató lo  que sabía , la última tarde que le visitó su amiga, por el momento David quedaba encarcelado, Olga , no quiso saber nada de él, sin una palabra desapareció , dejándolo más en entredicho. David en la cárcel enloquecía, como se puede complicar la vida en un momento, sin saber cómo, lamentaba el haber conocido a Virginia, aunque sentía una profunda tristeza por que aquella mujer hubiera muerto tan cruelmente, no tenía esperanza de salir bien de aquello, las visitas de Mayca y sus amigos le ayudaban, entre todos traban de levantarle el ánimo, por lo que no le decían todo, como que Olga,  su supuesta pareja, era una vieja amiga del novio de Virginia, al parecer era una manera de controlarlo, si  él estaba con otra olvidaría a Viriginia, en poco tiempo , cuando Virginia y su novio formalizaran su relación, acabaría esa farsa, por este motivo, en cuanto apresaron a David ella desapareció su papel había  finalizado

Seis meses privado de libertad llevaba David, cuando se conocieron los resultados de la investigación policial, las pruebas demostraban que el verdadero culpable era el novio de Virginia y algunos cómplices, aunque al igual que Olga,  habían huido , estaban en busca y captura por asesinato y otros cargos, ese individuo había cometido diversos delitos, que ahora salían a la luz, el abogado y Mayca comunicaron  la noticia a David, no podía creerlo, en unas horas fue liberado, aunque ya nada sería lo mismo, en menos de dos años, pasó de ser un muchacho alegre, desinhibido, al que las chicas perseguían, a un hombre con miedos, al que habían engañado, robado meses de su vida por la locura de otro.

David necesitaba recomenzar, pero en otro lugar, aunque los recuerdos le acompañarían allí donde él fuera, debía tomar decisiones, si algo tenía claro es que se mantendría alejado de las mujeres, la soledad era cruel pero  el amor y él parecían no entenderse. Un amigo marchaba a Tarragona, a trabajar en una fábrica de automóviles, buscaban personal de vigilancia, si le interesaba hablaría con el gerente que era conocido de su familia, en una semana  comenzaba en su nuevo empleo, de eso había pasado un año. Ahora su vida era tranquila,  aunque en ocasiones los recuerdos luchaban por salir y era inevitable revivir la pesadilla, aun sentía escalofríos al pensar en cómo podía haber acabado.
Magda Jardí

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domingo, 13 de julio de 2014

Locura por amor



Se dice que todo sucede por algo, las personas se encuentran para bien o para mal   , el que persevera logra convertir en realidad sus sueños.
Lucas cansado de su rutinario trabajo de transportista, todo el día sentando en una furgoneta de aquí para allá, entregando paquetes sin apenas tiempo para él, su jornada comenzaba a las seis de la mañana pero no tenía hora de regreso a casa, si surgía un reparto urgente, incluso en fin de semana salía a la carretera, algo bastante habitual, el tiempo pasaba veloz y su vida también. A los dieciocho años intentaba compaginar sus estudios, la relación  con Ester, una compañera de clase,  el negocio familiar de reparto puerta a puerta, por las mañanas acudía al instituto, las tardes las pasaba en la furgoneta, dedicaba las noches a los estudios, le faltaban horas para disfrutar de su juventud, así hasta los veinte años,  Ester se alejó de él, aquello no iba a ningún lugar, solo se veían en el instituto, la muchacha conoció a otro chico , entonces él decidió dejar los estudios, pero al poco tiempo, su padre enfermó, quedando al frente del negocio, el trabajo no les faltaba, quizás demasiado para solo un hombre, por lo que consultó con su padre y contrató a un chofer que le ayudará, Lucas trabajaría en turno de mañana y las tardes serían para el otro conductor, pero el trabajo era tanto que ambos pasaban el día en la carretera, al llegar a casa, caía rendido en la cama, así un día tras otro.

Dos años después su padre falleció, el quedó como propietario del negocio, necesitaba más ayuda, su madre no estaba cualificada para hacerse cargo de la oficina, cuando su padre creó la empresa, simplemente era tomar nota de las llamadas y atender visitas, las cuentas las llevaba el buen hombre y Lucas revisadas en una asesoría, decidió contratar una secretaria que se ocupara de la administración, además tenía en mente ampliar la flota de vehículos, adquirir un camión pequeño , contratar más personal, con su esfuerzo, había convertido el negocio de su padre en una importante empresa de transportes, el lunes comenzaban a trabajar los nuevos empleados, su madre se ocupó de las entrevistas, tenía buena intuición para las personas.
El lunes a las seis de la mañana se presentaban a Lucas, Juan, Miguel y Alberto, junto a Cesar, el otro chofer formaban la plantilla al completo, Carmen, la secretaria, empezaría a las ocho, Lucas esperaba llegar antes de que ella se marchara y conocerla. Eran las cinco y cuarenta y cinco minutos, cuando Lucas dejaba la furgoneta, apresurado entró en el despacho, allí estaba Carmen, una mujer que aparentaba unos cincuenta años, como María, su madre, de esbelta figura, cabello  oscuro, al ver a Lucas le saludó cordial, comenzaron a charlar, era una mujer muy agradable, esperaba que como trabajadora fuera igual, en ese momento llamaron a la puerta, una joven que buscaba a Carmen, esta los presentó, se llamaba Paz, su ahijada, Carmen no tuvo hijos, enviudó muy joven, dedicó su vida a trabajar, Paz era la hija de su hermana, mantenía con ella una relación casi madre e hija, ambas eran muy parecidas. A Lucas, Paz le pareció  un encanto de mujer, su sonrisa era cautivadora, se acercó  a buscar a su tía a la salida del trabajo, hoy era el cumpleaños de Carmen, las dos saldrían a cenar, era doble celebración, el nuevo empleo y su  aniversario, Paz saludó a Lucas, el, la  miró complacido y se despidió de las dos, pensó que era improbable verla nuevamente había perdido la ilusión por conocer a una mujer con la que compartir aunque fueran solo momentos, ese negocio  no le permitía otra cosa que trabajar y más al ampliarlo, cuanto más trabajo menos tiempo para él, pero ya lo tenía asumido, a pesar de que su madre le aconsejaba tomarse su tiempo, salir, ver a sus amigos, con los que tan solo mantenía contacto telefónico, ella intentaba que reflexionara, era joven tenía una vida por delante, el negocio iba bien, ella estaba allí y podía solucionar cualquier contratiempo, durante muchos años ayudó a su padre, ella trataba los temas de oficina. Lucas estaba hecho a la idea de trabajar sin descanso, lo que conocía desde siempre, debía cumplir la promesa a su padre de hacer de ese pequeño negocio una gran empresa, aunque no pensaba que su padre no estaría de acuerdo en que dejara de lado su vida, así se lo dijo su madre, la buena mujer no podía ver a su hijo siempre triste y tan solo, abrazó a Lucas  entre lágrimas, no era justo que viviera así.

Habían pasado seis meses, un sábado flojo de trabajo,  Lucas se acercó a un centro comercial de la ciudad a realizar unas compras, necesitaba ropa, además Carmen  le sugirió  uniformar a los chóferes, daba sensación de más seriedad, aprovecharía para buscar los trajes de trabajo, se paró frente a al escaparate de una perfumería, estar bien sorprender a su madre con un bonito detalle, cuando una dulce voz le nombró, era Paz, la sobrina de Carmen, al volverse, sus miradas quedaron fijas  durante unos segundos, Lucas  la saludó sonriente, le era grato ver de nuevo aquella   bella mujer, sintió el impulso de invitarla a tomar algo y no lo pensó dos veces, por primera vez, después de mucho tiempo, olvidó las obligaciones y se tomó un respiro, le apetecía tanto compartir unos momentos con ella, entraron en un local junto a la perfumería, la charla era tan amena, que el tiempo pasó sin que se dieran cuenta, pues era ya la hora de almorzar, Lucas propuso a Paz almorzar allí con él, ella aceptó encantada, pasaría unas horas  en compañía de aquella mujer tan especial.
Paz vivía sola, era profesora en una escuela de primaria, algunas tardes en semana, daba clases de dibujo en la escuela de arte,. Se  casó con veinte años con un hombre diez años mayor que ella y se divorció a los cuatro meses, de eso habían pasado dos años, quedó marcada por esa relación, su ex esposo era un hombre violento y posesivo, por lo que ella, viendo que aquello posiblemente tendría mal final, decidió acabar con su matrimonio, ese hombre la había engañado, no estaba dispuesta a ser un objeto para él, desde entonces, optó por su libertad , aunque no se cerró a enamorase , al día que conoció a Lucas, intuyó que era muy parecido a ella, cuanto más le hablaba su tía de él, más lo pensaba, hoy había comprobado que era así, aunque quizás aquello no volviera a repetirse, quien podía saberlo…
Después de almorzar, Paz ayudó a Lucas a escoger un detalle para su madre, la acompañó a su casa, ella le invitó a tomar café, allí pasaron una tarde como Lucas no recordaba, riendo, charlando, se dieron los teléfonos, Lucas quería verla pronto, pero intentaba que no se notara su impaciencia, ella sentía lo mismo. Lucas dejó a Paz, de camino a su casa no dejaba de pensar en aquella mujer tan transparente, sencilla y hermosa, aunque no podía esperar que a ella le interesara  un tipo aburrido y solitario como el, al llegar, le entregó a su madre el regalo, la hizo feliz, pero más  al verlo a él tan alegre, relató a la mujer el día que había compartido con Paz, guardó silencio, en sus adentros se dijo que ojala esa muchacha cambiara su vida.

Aún no había pasado una semana y Lucas se organizó de manera para tener el sábado libre, pensaba llamar a Paz por si no tuviera planes y le apeteciera almorzar con él, el viernes así lo hizo, ella aceptó. Sus encuentros se hicieron habituales, Paz soñaba con enamorar a Lucas, el recelaba, le parecía imposible, algo tenía que salir mal, no podía ser real. Paz necesitaba saber si aquella historia llegaría a buen puerto o lo mejor era acabar, por lo que decidió sorprender a Lucas, aprovechando que el siguiente fin de semana era largo, con la complicidad de Carmen, que arregló los viajes de cada chofer de manera que Lucas disfrutara de los tres días, aunque a él no le pareció bien, pensaba que antes eran sus trabajadores que él, pero como había poco trabajo, se los tomó encantado, más cuando Paz le propuso pasarlos en un lugar muy especial, había reservado habitación en una casita rural, el campo le encantaba a Lucas.
Viajaron  a una localidad en el interior de la provincia de Gerona, un hotel precioso en mitad de la naturaleza, a pesar de ser el mes de Mayo, las noches eran bastante frescas, durante el día visitaron el hermoso paraje, al atardecer regresaron al hotel, aquello era tan tranquilo, Paz pidió les subieran la cena a la habitación, nada especial, una vichyssoise, unas costillitas de cabrito a la plancha, champagne y unas fresas con nata, después de tomar el menú, Lucas se dejó llevar por sus sentimientos, llevaban cerca de dos meses viéndose, deseaba a aquella mujer, compartieron una copa de champagne , entre sorbos se besaban, hasta que el, con mucho tacto, comenzó desvestirla, apasionados hicieron el amor, no dejaron la habitación hasta el domingo a mediodía que debían regresar a Barcelona. Durante el viaje de vuelta, Lucas parecía ensimismado, Paz le pregunto qué sucedía, si se sentía mal o era por ella, algo que dijo o hizo, el, la miró con ternura, negando todo con un gesto, al llegar frente a su portal, la tomó de la mano y muy serio le propuso ser su esposa, sabía que era la mujer de su vida, la que esperó siempre, a pesar de que tan solo se conocían de unos meses, el sentía que la conocía de siempre, no esperaba la respuesta en ese momento, que se le pensara con calma, pero ella aceptó, se sentía ya su esposa, decidieron guardar el secreto hasta tener fecha de boda, intentarían que fuera dentro de ese mes, al día siguiente se acercarían al juzgado.

A Lucas le era imposible ocultar su felicidad, su madre lo veía tan alegre, incluso rejuvenecido, de repente regresó aquel muchacho simpático, dejando atrás el hombre de semblante enfurruñado en que se había convertido, era como si el sol comenzará a brillar en su vida.
En dos semanas Paz y Lucas unían sus vidas en una ceremonia íntima, acompañados por la madre de él, Carmen  la tía de Paz y unos amigos. Algunos pensaron que era una locura, pero a veces es más certero seguir los impulsos del corazón dejando de lado la razón,ellos dieron vida  a su locura por amor
Magda Jardí

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domingo, 6 de julio de 2014

La chica de la playa

Daniel camina frente al mar, mira al horizonte, pero  ella no vendrá, han pasado meses desde su último encuentro, aquella mujer de cabello rojo y ojos verdes, que cada atardecer bajaba a la playa con un cuaderno de dibujo y carboncillos,  sentada entre las rocas a plasmaba  el entorno, las olas en su vaivén, eran tan perfectas que parecía  escucharse el sonido, las gaviotas volando, parejas jugueteando en la arena, incluso a él,  así fue como la conoció, ella le miraba y sonreía, le hizo un retrato  a él con Jack su cocker, curioso se acercó, quedó sorprendido de la facilidad de aquella bonita mujer para el dibujo, le pidió disculpas por su atrevimiento y se presentó, su nombre era Anais, me entregó la hoja, recogió sus enseres , con la mano de dijo adiós y se marchó, la contemplaba mientras se alejaba, su sencillez le había cautivado., desde aquel día Daniel esperaba ansioso la hora del paseo con su perro..

Entre ellos nació una hermosa amistad, así lo sentía Daniel, Anais le contó que era enfermera, trabajaba en el  hospital, aunque en ese momento se encontraba de baja laboral a causa de una depresión, el dibujo le servía de terapia, Anais, era una mujer extrovertida, alegre, aunque en  su mirada  se reflejaba melancolía, despertó un gran interés en Daniel, desde el primer momento se sintió profundamente atraído por ella, cuanto más la conocía le parecía más fascinante , aunque llegó un momento en que a Daniel  no le cuadraba que una mujer como aquella atravesara una depresión, él era asistente social además  licenciado en psicología, ella no parecía padecer ninguno de los síntomas, no encajaba  en el perfil, en ocasiones, algo   en ella le inquietaba.
 Daniel la invitó a salir una tarde, tomar un refresco en una terraza, ella lo rechazó amablemente, que ocultaría  siempre evitaba que la acompañara a casa, eran  amigos, creía saber todo de ella, no sabía que pensar, ella se mostraba cariñosa , como si sintiera algo por él pero a la vez distante, decidió que lo mejor era disfrutar los momentos junto a ella, conformarse con verla en la playa, no perdía la esperanza de que su actitud cambiara.

Sus encuentros duraron cerca de un año, Daniel la llamaba su chica de la playa, en este tiempo se besaron en un varias  de ocasiones, aunque después ella se levantaba y lo dejaba solo, tras  su último beso, cuando parecía que pasaría algo más entre ellos, Anais con la voz entrecortada le susurro que no quería dañarlo, por favor no preguntara, Daniel le acarició su bello rostro, necesita saber que sucedía realmente, si jugaba con él, ella pasó sus dedos por los labios de él y le hizo callar, al día siguiente ella no apareció, Daniel esperaba que fuera por algo fortuito, una semana después seguía sin tener noticias de Anais, no tenía modo de contactar con ella, imaginó mil situaciones, aunque acabó pensado que solo era una loca que se había divertido burlándose de él.

Pasaron meses y un día en el lugar de la playa en el que se reunía con Anais encontró su blog de dibujo, Daniel sorprendido, comenzó a mirar hacia todas direcciones, pero ella no estaba, triste , lo  cogió para hojearlo, en la primera página  había un escrito, Anais  le pedía disculpas por su comportamiento pero no explicarle  su situación, tan solo  decía que fue sincera en sus sentimientos hacia él, su nombre no era Anais, ni era enfermera, tampoco padecía  depresión, esperaba algún día regresar y  contarle  toda la verdad, no estaba loca como seguro pensaría  , era algo complicado y peligroso, como el estar un lugar en un momento que no era el adecuado y ver lo que no debía, le encantaría contactar con él pero no se lo permitían, había logrado dejar el cuaderno de paso hacía una nueva ubicación, le estaba dejando pistas para que el fuera capaz de deducir por lo que estaba pasando  ella, en la última hoja estaba escrito su nombre real en un dibujo que era para él, que lo observara detenidamente pues le diría mucho más. Daniel, desconcertado busco ese dibujo, eran el mar picado, entre la espuma, unas letras esparcidas, al colocarlas  se podía leer Georgina, una caracola era arrastrada a la orilla, dentro en, tres siglas P. d T., Daniel pensó que eso era una locura, lo descifró como  Protección de Testigos, en la arena estaba escrito Te amo.

Daniel se levantó y con el cuaderno  en las manos dejó la playa, mientras se alejaba  en su mente el rostro de aquella mujer y un solo pensamiento, quizás algún día volvamos a encontrarnos
Magda Jardí
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viernes, 4 de julio de 2014

Iré contigo.

Ángel y Consuelo,  son una pareja de ancianos, llevan más de cincuenta años juntos, se conocieron a los quince, y hasta hoy, su vida ha sido muy feliz. Ángel, está  gravemente enfermo, se acerca a su final, Consuelo no se separa de su lado, sus dos hijos la ayudan en todo momento, la mujer ya es muy mayor, aunque  quiere estar al frente de todo. Los médicos han aconsejado que Ángel sea ingresado en un hospital de larga estancia, necesita unas atenciones que en casa no son posibles, Consuelo irá con él., lo instalan en una habitación individual, con una sillón extensible, para que Consuelo pueda estar cómoda, pues no tiene intención de separarse de el en ningún momento, sus hijos, intentan convencerla de que no es necesario que permanezca todo el tiempo a su lado, pero ella siempre fue una mujer muy terca, por mucho que le digan, saben qué  hará lo que ella crea. Los médicos hablan con los hijos de Ángel, para informales del estado en que se encuentra su padre, ya no queda mucho, quizás, solo días, así que deben mentalizarse, estar  y pendientes de Consuelo, que espera el final, pero para ella será  muy duro.
Cuatro días después, Ángel, aunque se le administran fuertes calmantes que le provocan casi una permanente somnolencia, y así marchar plácidamente y sin darse cuenta, en un momento de lucidez, está solo con su esposa, sus hijos han bajado al bar, es la hora de almorzar, le toma  la mano para hablar con ella, con dificultad le dice 'Amor mío ,ya se acerca el momento, solo quiero decirte que he sido muy feliz junto a ti', se sentía agotado, Consuelo respondió 'Mi vida, el día que nos conocimos nos prometimos estar siempre juntos y así lo hemos hecho ,jamás  he dejado de seguirte a ningún lugar, así que ahora también iré contigo', le besó dulcemente en los labios, así sellaron su pacto. Consuelo, sentada  junto a él, sin dejar su mano, al poco rato quedó dormida, Ángel ya estaba en sus últimos instantes.
 Llegaron los  hijos, observaron la débil respiración de su padre, llamaron a las enfermeras, pasando el aviso al doctor que se ocupaba del anciano, al momento, llegó el medico acompañado de una auxiliar, intentaron despertar a Consuelo, debía salir de la habitación, para comprobar el estado de Ángel, el anciano acababa de fallecer, pero la mujer no se movía, quedaron sorprendidos  al ver que ella también había muerto ,se fue dormida, cogida de la mano de su esposo, cumplió su palabra  ,su amor ya sería eterno.
Cuando los hijos entraron y los vieron a los dos que parecían dormidos  felices, entre lágrimas dijeron 'juntos incluso en la muerte'
Magda Jardí

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