domingo, 21 de septiembre de 2014

Por primera vez.


 Bea y Oscar,  una pareja  adolescente, locamente enamorados. Hoy salieron a cenar, después, piensan dar un paseo por la playa, a la luz de la luna, a Bea le encanta el mar, a Oscar, le enloquece Bea. Es una niñita pelirroja, pecosa, de ojos verdes, menudita, parece una muñeca, roza los dieciocho años, Oscar, corpulento, cabello negro y ojos del mismo color, acaba de cumplir los diecinueve, forman una hermosa pareja. Bea, comenzó a trabajar en una peluquería, acabó sus estudios y enseguida  encontró empleo, Oscar lleva un año, de reponedor en unos grandes almacenes.

 La noche es agradable, después de cenar en un mexicano, cogidos de la mano, caminan despacio por la gran avenida, conversando y riendo. Bea saluda a una vieja amiga, esta la mira con un tanto celosa, Oscar  tiene muchas admiradoras, pero desde que conoció a la niña, para él no existía nadie más. Llegan a la playa, Bea, eufórica, se quita los zapatos, quiere caminar descalza por la arena, Oscar, la dibuja con la mirada, la desea locamente, no puede evitar correr tras ella, abrazarla, besarla apasionadamente, ella, le mira sensual, nuevas sensaciones recorren  su interior, le resulta agradable, la hacen sentirse mayor.
Sentados tras una rocas, Oscar no consigue  controlarse más, necesita liberar sus instintos, se deja llevar, Bea no se resiste, también arde por dentro. Por primera vez hacen el amor, con tanta pasión como dos adultos, entre gemidos y caricias  susurran tiernas palabras, al acabar de amarse, Bea, desnuda, sin pudor, corre hacia el agua emite destellos de felicidad, Oscar  la contempla, aun la ve más bella, la sigue, necesita tenerla cerca, a la luz de la luna, desnudos, juegan en el agua.

 Apunta la luz del día, es hora de regresar a casa, pues está a más de una hora de paseo. Caminan despacio, como si quisieran inmortalizar esa noche tan especial .Llegan frente  al  portal  de Bea, ocultos entre los árboles, se despiden besándose locamente, por la tarde se encontrarán nuevamente, serán tan solo unas horas separados, aunque  les parece eterno. Bea vuelve  la cabeza antes de entrar a casa, le regala  una sonrisa enamorada.
Ya en su cama, no logra conciliar el sueño, recordando su primera vez, recibe  un mensaje al móvil, es Oscar,  ‘te amo'. Con esas palabras feliz se dormirá.
Magda Jardí

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