domingo, 29 de marzo de 2015

Te amaré hasta el fin de mis días



Ángeles necesita aclarar sus pensamientos, lucha entre la propuesta de Alejandro y sus sueños, camina frente al mar, el sonido de las olas relaja su mente, la tristeza la acompaña, es consciente de que decida lo que decida, algo quedará atrás…

Ángeles es profesora de bellas artes, expone sus obras  regularmente con gran éxito , le han ofrecido dirigir una prestigiosa  academia de arte  en Nueva York, algo que soñó desde que comenzó a ser requerida como colaboradora eventual en la escuela ,quedaron  impresionados con su calidad artística, le insinuaron la posibilidad de ocupar ese puesto cuando el actual responsable se jubilara en breve, pero llegó a  su vida un hombre maravilloso, Alejandro, catedrático de Literatura y escritor, entre ellos surgió  una bella amistad que se ha transformado en algo más intenso, Alejandro acaba de publicar una novela, entre sus clases y sus escritos es un hombre muy ocupado, aunque prioriza su relación con Ángeles, a la ama profundamente.

Alejandro, enviudó al poco tiempo de contraer matrimonio, de ese triste momento, han pasado cinco años, en este tiempo no se había planteado rehacer su vida, hasta una amiga le invitó a visitar una exposición de pintura de Ángeles, quedó fascinado con sus trabajos y hechizado por aquella mujer vestida con un vaquero y camisa a cuadros, su oscuro cabello recogido en una trenza, cuya sonrisa brillaba más que el sol, la sencillez y simpatía de Ángeles te invitaban a desear conocerla, en poco tiempo eran grandes amigos,. Ángeles, tras convivir con un pintor un tanto bohemio y de carácter difícil, del que no conservaba gratos recuerdos, su día a día era más bien una guerra, discusiones por cualquier motivo  y  cuando él llegaba a casa con alguna copa de más, su lengua ira imparable contra ella, en varias  ocasiones la mujer esquivó alguna mano suelta,  Ángeles, harta de aquella situación, sin explicaciones le dijo adiós, no atendía que vio en aquel hombre y no estaba dispuesta a que un pobre diablo le amargara la juventud que le quedaba.

Ángeles y Alejandro, comenzaron compartiendo un café por las tardes, charlaban de sus proyectos, los domingos de mañana salían a pasear, su primera cita seria surgió casi a los dos meses de conocerse, inauguraban un restaurante sala de arte, a ambos les pareció buena idea cenar en el local, tomando el postre, Alejandro le abrió su corazón, Ángeles sentía lo mismo, pero después de su mala experiencia con el pintor, necesitaba tomarlo con calma, Alejandro, comprendía  a la mujer, el tiempo pasaba y su amor crecía, cada uno respetaba  el espacio del otro. Los fines de semana, Ángeles los pasaba en casa de Alejandro, donde dejaban rienda suelta a su pasión, esos días eran mágicos para los dos, cuando encartaba viajaban a algún lugar tranquilo.

Se acercaba el  cumpleaños de Ángeles, Alejandro organizó un viaje sorpresa, con la intención de proponerle matrimonio, reservó habitación un romántico hotel, desde que murió su esposa, era la primera vez que se sentía como un adolescente enamorado, pero Ángeles también tenía algo que anunciarle, la noche del viernes, cenaron y se perdieron bajo las sábanas, pasaron la noche más ardiente que ambos vivieron jamás, amanecía y ellos aún  entre juegos y risas, despertaron a medio día, casi a la hora del almuerzo, después de comer, dieron un paseo por la hermosa playa cercana al  hotel, sentados en una roca, con los pies bañados por el mar, Alejandro, tomó la mano de Ángeles, colocándole un anillo en su dedo, ella, lo contempló en silencio, le miró a los ojos y le anunció la propuesta llegada de Nueva York, Alejandro, no articulo palabra, solo la beso  locamente, caminaron abrazados, a su regreso al hotel, Alejandro rogó a Ángeles que meditara con calma, a pesar de que no disponía de  mucho tiempo, si aceptaba el trabajo en un mes máximo debía incorporarse, acabaron de disfrutar de su fin de semana, aunque la incertidumbre por parte de Alejandro era evidente.

La semana siguiente no se verán, Alejandro prefiere que ella no se sienta presionada, el viernes le dará su respuesta, Alejandro intenta mantenerse activo para no pensar en lo que puede pasar, ni siquiera se llaman por teléfono. Llega el  anhelado fin de semana, Ángeles, como es habitual lo pasará en casa de Alejandro, piden comida china para la cena, después, frente a una taza de aromático café, se miran con ternura, Alejandro espera las palabras de la mujer, ella comienza a hablar, su deseo sería que él la acompañara, pero sabe que es egoísta por su parte, a pesar de que lo ama con locura, no puede dejar pasar esta oportunidad, desconoce cuánto tiempo permanecerá en Nueva York, tampoco puede decirle si regresará, a pesar de que se amarán hasta el fin de sus días,  lo mejor para él es que siga con su vida sin dejar la puerta abierta por si ella regresa…

Esta noche la pasarán juntos, se amarán  por última vez, quedará  entre ellos el más bello recuerdo de un amor que no pudo ser.
 Magda Jardí
©Derechos reservados

sábado, 21 de marzo de 2015

Cada pieza en su lugar.



Lucia cuenta los días que faltan para que David, su esposo, regrese, es periodista, ha pasado dos años de enviado especial en  Israel, además de recopilar información para un novela que tiene proyectado escribir, está intranquila, al zona donde se halla él, cada segundo que pasa es más conflictiva, los extranjeros viven en peligro constante.
Lucia añora tanto a su esposo, son cinco años de matrimonio feliz, su pena es el no poder concebir un hijo, algo que ambos desean, tras consultar especialistas y realizarse los pertinentes estudios, el diagnóstico es el mismo, ambos están bien, pero son incompatibles, por lo que antes de viajar David, decidieron que a la vuelta, comenzarían a tramitar la documentación para solicitar una adopción.

 Lucia, toma café viendo las noticias de la televisión, una noticia urgente, presta más atención, al escucharla un escalofrío recorre su cuerpo, se ha producido un terrible atentado en el lugar donde David se encuentra, se cree que apenas hay supervivientes, el terror se apodera de Lucia, por su mente cruzan mil pensamientos, una llamada telefónica la retorna a la realidad, es del director del periódico para el que trabaja David, le ruegan a Lucia que acuda sus oficinas, ella se teme lo peor, llama a su hermana Elena, no se ve capaz de ir sola.
En media hora, Lucia y Elena entran en el edificio del periódico, Enrique, el director, buen amigo de David la espera, solo ver la expresión en el rostro del hombre, intuye lo que sucede, su temor se confirma, David ha muerto en el atentando, en un par de días, el cuerpo será trasladado a Barcelona para ser entregado a la familia, Lucia se siente morir al escuchar las palabras de Enrique, este le dice que él la ayudará en todo lo que necesite, él se ocupará todo los tramites. A Lucia se le cae el mundo encima, se repite una y otra vez, por qué aceptó David el puesto de corresponsal, no puede creer que no tendrás con ella, todos sus sueños vuelan, ese hijo que tanto anhelaban, su novela,  que será de su vida, no le queda nada por lo que seguir adelante, solo piensa en morir e ir junto a él.

Un mes después de la muerte de David, Lucia siente como si hubiera envejecido diez años, no le quedan fuerzas, en su mente tan solo la imagen del cuerpo sin vida de David, nada tiene sentido para ella, Elena no la deja sola en ningún momento, vive sola desde que se divorció ,  Enrique se ha convertido en su sombra, los padres de David pasan con ella todo el tiempo que les permite su negocio, pero Lucia tan solo busca la soledad, el llanto es su compañero, su dulce belleza se ha marchitado, ha perdido tanto peso que toda su ropa le queda grande. Elena friega los platos en casa de su hermana, llaman al timbre, es Enrique, tiene algo muy delicado que hablar con Lucia, Elena la avisa, está reposando en la cama, se reúne con su hermana y Enrique en la sala de estar, Enrique le pide que escuche lo que tiene que decirle, con mucho tacto, le cuenta que David tiene un hijo, un niño de dos meses, mantuvo una relación con Fara, una joven Israelí que colabora en la redacción del periódico en Israel,  el fotógrafo que colaboraba con David, que fue quien  dio a conocer la existencia del niño, dijo que David  se acercó a Fara por su parecido con Lucia, a la que adoraba, la nostalgia y la soledad forjaron el camino, David nunca prometió nada a Fara, aunque no descartó la idea  de algún día de llevarlo a Barcelona, donde tendría un futuro, el rostro de Lucia cambia, una mezcla de dolor e indignación se le refleja, ella también murió en el atentado, la familia de Fara no están dispuestos a hacerse cargo del pequeño, lo consideran una deshonra para la familia, Lucia llora desconsolada, Elena reprende a Enrique, no había motivo para darle la noticia a Lucia, Enrique, ruega que le escuchen, el niño ha sido acogido en la embajada española, Pablo, el fotógrafo , se ocupó de entregarlo antes de que la familia materna lo abandonara en un centro de menores de su país, Enrique, había indagado, si Lucia lo reclama puede adoptarlo legalmente, es hijo de su esposo, David se sentiría feliz, sería el niño que tanto deseaban, Lucia necesita tiempo para asimilar todo aquello, había tanto que decidir, Enrique le aconsejo que lo pensara con calma, pero no  demorará mucho en dar su respuesta, el niño tenía que ser ubicado.
Lucia pasó la noche en vela, dando vueltas en la cama, a primera hora de la mañana, llama a Enrique, necesita hablar con él, le pide que en cuanto pueda pase por su casa, el buen hombre no lo piensa, antes de acudir a la periódico, visita a Lucia, ha decidido hacerse cargo del niño,  es lo único que le queda de David, no permitirá que malviva, cueste lo que cueste, borrará de su imaginación  a  David con la madre del pequeño y lo criará como a su hijo, le dará una buena vida y ella tendrá un motivo para seguir luchando, Enrique se compromete a ayudarla en  todas las gestiones, en cuanto llegue a la oficina comenzará a realizar  llamadas.

Aquella tarde, Lucia y Elena, salen a pasear, desde la muerte de David, no sale de su casa apenas, a su regreso, un hombre la espera, es Pablo, el fotógrafo que trabajaba con David, le entrega  una foto del niño, le relata la historia de David y Fara, nunca existieron sentimientos entre los dos, quizás Fara si se enamoró de David, pero él fue sincero con ella desde el primer momento, se dejó llevar, posiblemente fue un error, pero pasó, Lucia con la foto de niño entre sus manos, no deja de mirarlo, mientras piensa ‘ pasó por algo, para que su semilla germinará y darme la posibilidad de  realizar el sueño de ser madre’, Lucia, agradece a Pablo, su visita, todo lo que le ha contado y lo que ha hecho por proteger al pequeño David, que así lo llamará, Pablo se despide de Lucia.

En menos de dos meses, el niño llega a Barcelona, Enrique, ha viajado a Israel a buscarlo, el pequeño al ser  ciudadano español, al nacer David lo inscribió en el consulado de España, fue más sencillo sacarlo del país,  Lucia, espera impaciente en el aeropuerto, al verlos desembarcar, su corazón late con más fuerza, comienza una nueva vida para ella, a pesar del sufrimiento que ha hecho mella en su alma, el vacío dejado por David, el resquemor ante la infidelidad de este, por mucho que intenten maquillarlo, es lo que es, Lucia ha recuperado su paz,  en cuanto coloque cada pieza en su lugar, regresará a su trabajo en la gestaría de su hermana, ahora disfrutará de su pequeño.

Enrique visita con frecuencia a Lucia, desde hace mucho tiempo se siente atraído por ella, quizás desde la primera vez que la vio, en una cena de empresa, poco antes de que David aceptará la corresponsalía en Israel,  aunque no espera que ella se enamoré de él, le basta con que Lucia le permita estar cerca y ayudarla como el buen amigo que es para ella.

Magda Jardí
©Derechos reservados


domingo, 15 de marzo de 2015

La misma sangre




Entrada la madrugada del domingo, David y Luis, regresan a casa, lo han pasado muy bien, han conocido a una chicas, quizás la próxima semana de se vean nuevamente, entre risas y charla caminan, David, repentinamente queda callado, observa un contenedor de basuras, en el suelo un hombre envuelto en periódicos y cartones, David corre hacia allí, necesita verlo de cerca, se parece  mucho  a  su hermano Paco, no se sabe de él hace años, desde que  marchó a Colombia, desconoce el porqué, pero ni a sus padres les llegaban noticias, aunque tampoco hablaban de él, los dos hombres se miran y asienten, es Paco, Luis lo recordaba poco, pero el parecido con la madre de David es innegable.

El aspecto de Paco es de mendigo, sucio, con barba de bastantes días, la ropa vieja, delgado, en su rostro alguna  marca, da la sensación de haber sufrido agresiones recientemente, David lo llama por su nombre, el hombre despierta al sonido de la voz de David, abre los ojos, no puede creer que sea su hermano, los dos se abrazan emocionados, David tiene tanto que preguntar, entre él y Luis, ayudan a Paco a incorporarse, lo llevaran a casa de David, se quedará allí hasta que se recupere y solucione su vida. David acomoda a su hermano, le da ropa limpia, mientras se ducha, prepara un buen desayuno, los dos en la mesa, frente a una humeante taza de café y unas tostadas con mantequilla y mermelada de fresa, David  pregunta a su hermano, necesita saber.

 Paco le relata su historia, dejó Barcelona porque a la que era su esposa le ilusionaba  montar una pequeña empresa de confección, además de iniciación a la costura, al parecer ,le llegaron noticias de que en una zona de Colombia estaban en auge este tipo de talleres, por lo que no pensaron, permanecieron cinco años allí, pero la situación en ese lugar cambio, los extranjeros corrían peligro, no era lo más conveniente seguir en Colombia, así que regresaron a España, decidieron probar suerte en Bilbao, dos años luchando junto a su esposa para levantar el negocio y un buen día ella dice haber  conocido a otro hombre y se marcha con él,  suspira y continua, ella, como propietaria, vende todo, a él tan solo le entregó    una pequeña parte de los beneficios y desaparece de su vida, así que él decidió regresar a Barcelona, allí estaba su familia, a su llegada, lo primero fue ir a visitar a sus padres, pero la casa ya no estaba, en su lugar había un edificio de dos pisos, preguntó por sus padres, habían fallecido los dos, de su hermano no sabían nada, se acercó a la joyería que durante tantos años regentaron sus padres, quizás allí hallaría respuestas, en su lugar encontró un centro de Dietética, por lo que buscó donde instalarse, un trabajo para poder subsistir, el dinero con el que contaba no era mucho , durante un tiempo le fue bastante bien, pero la empresa en la que trabajaba se cerró sus puertas, en unos meses se encontró sin ingresos, comenzaron sus problemas económicos, no podía hacer frente a los gastos, tuvo que dejar el piso y comenzó a mal vivir en las calles, hasta la otra noche, que lo asaltaron unos tipos, en el intento de huir, le dieron una paliza , no recordaba más, hasta   el momento en que David lo encontró…

     Paco se acomoda con su hermano, David no confía totalmente en Paco, son muy distintos, a pesar de sentir gran cariño por él, la verdad es nunca estuvieron  muy unidos David, consigue un empleo de vigilante nocturno a Paco, desde que su hermano vive en su casa, le  invaden extrañas sensaciones, David es un hombre muy intuitivo y su instinto le dice que se cuide. No sabe si es su imaginación pero  comienza a ver alrededor de su casa, personas que le provocan malas vibraciones, igual que su hermano…A  los pocos meses comenzaron los problemas, David regresaba del trabajo, en su casa parecía que había pasado un huracán, David era amante del orden, ahora aquello era un caos, por lo que David no sabía si realmente le faltaban algunas de sus pertenencias  o simplemente no estaban en otro lugar, no quería mal pensar de Paco, pero no podía evitarlo. Una mañana, se dirigía a su trabajo, cuando un hombre cuya apariencia era de poco fiar parecía vigilar su casa, ese día Paco no lo pasó allí, entre risas se excusó de que había conocido a una mujer y estuvo con ella, era lo que decía en tantas ocasiones que desaparecía, a veces durante unos días, pero el mal estar de David fue en aumento, cuando una tarde, a la salida del  trabajo, lo abordó una mujer, parecía asustada, le dijo que necesitaba hablar con él de su hermano, era importante, David la invitó a tomar café , entraron en un cafetería cercana, la mujer hablaba con la voz entrecortada, no podía contener las lágrimas, David no conocía a su hermano, esa mujer mantenía una relación con Paco, pero ella no podía más, la maltrataba en todos los sentidos, era en su casa donde se quedaba cuando no aparecía por la de David, después de una agria pelea al  ella encontrar a faltar algunas joyas y un dinero que guardaba en casa, él  la golpeó con rabia, parecía otra persona, en alguna discusión se le había escapado la mano, pero con cuatro carantoñas, quedaba todo olvidado, pero esta vez ella necesito asistencia médica, con la correspondiente denuncia, para su sorpresa, existían más denuncias contra él, ella sabía de la existencia de David, Paco le hablaba mucho de él, por lo que decidió buscarle y desenmascarar a Paco,  convencida de que David, desconocía el verdadero yo de su hermano, David, en su interior sabe que  Paco no es agua clara, la realidad es que nunca lo fue…David se despide de la mujer, su malestar aumenta…

Camina hacia su casa, con la sensación de que alguien sigue  sus pasos, aunque no es una novedad, desde la aparición de su hermano que se siente así, frente a su puerta un coche de policía aparcado, se le encoge  el corazón, aterrado al  ver salir de su portal a dos agentes con Paco esposado, un inspector camina hacia David, le entrega una citación, en cuanto le sea posible debe acudir a comisaria, el hombre trata de tranquilizar a David, es puro trámite para él, si le parece bien, le esperan mañana por la tarde, así ya tendrán más información, las miradas de los dos hermanos se encuentran, Paco baja la cabeza, David prefiere mantenerse lejos. Las horas hasta  la verdad, serán muy duras para David, está convencido de que se llevará bastantes sorpresas desagradables.

Después de un duro día de trabajo, agotado por no haber dormido nada, se dirige a comisaria el único pensamiento  sus fallecidos padres, preguntándose si ellos sabían cómo era  Paco, los quince años de diferencia entre los dos hermanos, les distanciaron  siempre, cuando Paco marchó a Colombia, David era un joven  de  veinte años, con una vida muy distinta a  la de Paco a su edad, el muchacho trabajaba y así  costeaba sus estudios sin depender de sus padres, no vivía en el domicilio  familiar desde los dieciocho años, a pesar de mantener muy buenas relaciones con ellos. Al llegar a comisaria, le hicieron pasar a un despacho, el inspector con el conversó la tarde anterior, le esperaba, frente a él el expediente de Paco, como único familiar debía ser informado, allí constaban delitos de muchos años, algunos ya prescritos, como las sospechas de su participación en el robo en  la joyería familiar, a David se le hizo un nudo en  la garganta, ahora entendía por qué a la marcha de Paco, sus padres, en especial su madre, dejaron de hablar de él, incluso se mostraban indiferentes por la falta de noticias, ellos sabían la verdad, su madre a los pocos meses enfermó y murió, el padre al año marchó con ella, los negocios de Paco, poco tenían que ver con la confección, sino más bien con las drogas, al parecer lo perseguía una mafia a la que debía dinero, de ahí el idear un robo a su propia familia, con la seguridad de no levantar sospechas, con lo obtenido en el robo, apaciguo a sus perseguidores y le permitió viajar a Colombia, a trabajar para un cartel, bajo la tapadera del negocio de su esposa, a la que asesinó al descubrir ella su verdadera actividad, a la mujer no le parecía claro el círculo de amistades de Paco, ni tampoco que un  negocio como el de ellos reportara tantos beneficios , a raíz de la muerte de ella y al verse involucrado en varios asuntos turbios  regresó a España, esperando ocultarse en la casa de sus padres, mientras buscaba una forma de desaparecer, borrando sus huellas, al no vivir los padres, estudio los pasos de su hermano, sabía que él lo acogería, pero no le resultaría  sencillo no ser localizado por sus perseguidores, al igual que  acallar a su verdadero yo durante mucho tiempo, las mujeres que seducía le proporcionaban las tapaderas cuando necesitaba ser invisible tras una visita indeseada o cometer alguna fechoría , pero con todas  acaba de igual modo, su agresividad y su mal talante, muchas veces mezclado con drogas y alcohol lo transformaban en el  ser peligroso que es,  con  los innumerables  cargos contra él, será encarcelado  de por vida, su futuro no era bueno de ningún modo, en la cárcel le cabía la esperanza de sobrevivir, en la calle, en cualquier momento acabaría muerto de la peor de las maneras, tenía cuentas pendientes con gentes muy perniciosas, David temblaba al conocer quién es su hermano, se preguntaba cómo la misma sangre podía correr por las venas de dos personas que eran la noche y el día, entendía la tristeza de su madre, posiblemente, la buena mujer sería la cortina que taparía tantas maldades, pero era su hijo y el  rechazo de su padre hacia él .
David, destrozado, deja la comisaria,  le será difícil vivir con aquello.
Magda Jardí
©Derechos reservados


domingo, 8 de marzo de 2015

La vieja encina

Alberto, melancólico camina hacia la vieja Encina, allí compartió los mejores momentos con Sofía, su gran amor, su chica, un día como hoy, de eso han pasado seis meses, sin explicación, entre lágrimas le dijo adiós, no logra borrar de su mente la imagen de la bella muchacha alejándose.

En ese lugar, le susurró por  primera vez que la amaba, le robó el primer beso, coquetearon con e la sexualidad, eran una pareja rozando la adolescencia, ella apenas dieciocho años, el casi veinte,   a pesar de las limitaciones de Sofía para encontrarse con Alberto,  Ana, su madre era una mujer excesivamente controladora y de mentalidad un tanto desfasada,  vivían en su paraíso, hasta el fatal accidente en el que falleció el padre de Sofía, en el coche, junto a él, hallaron el cuerpo de una mujer, al parecer era algo más que una amiga y la madre de Sofía, a la que aterraban las habladurías, a pesar de ser uno de sus aficiones, decidió regresar a su pueblo natal, a casa de su madre, siempre pensó que no debió salir de allí, la ciudad no era para ella, nunca le gustó, pero Miguel, el que sería su esposo, poco antes de casarse, encontró un buen empleo en una pequeña ciudad cercana a Barcelona, al casarse se trasladaron, por comodidad de todos, Miguel se evitaba un trayecto de  más una hora diariamente  o bien permanecer en la ciudad durante la semana, regresando a casa los fines de semana , algo que Ana no estaba dispuesta consentir, necesitaba saber lo que hacía en todo momento, aunque su vigilancia le sirvió de poco, ella misma, lo alejó de su lado…

Alberto, albergaba la esperanza de la llegada de alguna notica de Sofía, intentó contactar telefónicamente con ella, preguntó entre sus amigas, ellas tampoco sabían nada, acabó por aceptar que había desaparecido, aunque jamás lograría olvidarla, la imaginaba feliz en algún lugar, siguiendo sus estudios, con otro amor, nada más lejos de la realidad…
A Sofía se le borró la alegría del rostro al llegar al pueblecito de su madre, ella ni lo recordaba, era muy niña la última vez que lo visitó, a su padre siempre le incomodó, él se crío a pocos km, en un pueblo  que era muy distinto, además nunca se entendió con Lucia, la abuela de Sofía, ella lo veía poca cosa para su hija, pensaba que su lugar era con Cesar, el hijo del propietario del negocio exportación y venta  de vinos y aceites  del pueblo, que ahora regentaba él,  fueron grandes amigos, hasta que conoció a Miguel, en una fiesta de cumpleaños de Cesar, del que era compañero de estudios, Ana se enamoró del él en cuanto fueron presentados, quizás porqué era distinto a sus amigos, con los años, a pesar de negárselo, aceptó que aquello fue un  capricho de juventud, él si la amó hasta que por su forma de ser, cada día más parecida a la de Lucia , su madre, el amor que sentía por ella se diluyó, viéndola simplemente como la madre sus hijas, la mujer con la compartía su vida, su actitud huraña hacia él, lo distanció, buscando calor  en otros brazos.

La encargada de la empresa de Cesar dejó el trabajo poco antes de regresar Ana al pueblo, así que Lucia, aprovecho para convencer a Cesar  que su hija era la persona ideal para ese puesto, al hombre, que permanecía soltero, nunca olvidó a Ana, le pareció muy buena idea, esperaba reconquistar a Ana, algo que le sería muy sencillo, además, como también era el  dueño del único hostal, Sofía sería la recepcionista, puesto que ocupaba a ratos su hermana Pilar, pero no disponía de mucho tiempo para ello, pues acababa de dar a luz a su quinto hijo. Sofía y  Mari Luz, su hermana pequeña, se sentían enjauladas en esta nueva vida.

Mari Luz, sigue sus estudios en el pequeño instituto del pueblo, ha conocido a Carmen, recién llegada también, ambas se hacen compañía, Mari Luz añora a sus amigas, sus salidas después de clase, algunos domingos de  ir al cine o tomar un refresco, ahora todo se limita a pasear junto a Carmen por la plaza mayor, sentarse en un banco y contarse sus inquietudes. El dieciocho cumpleaños de Sofía se acerca, aunque para ella será como cumplir cincuenta, piensa que su adolescencia se perdió al llegar a ese lugar, que  parece anclado en los años setenta, tan solo han pasado seis meses desde que llegar allí y le parece una eternidad, no deja de preguntarse qué será de Alberto, no se resigna a volver a verlo, a sentirlo , a amarlo una y mil veces mas , cierra los ojos y se imagina bajo la vieja Encina, entre los brazos de Alberto, su primera vez, fue un momento tan dulce, sus ojos se nublan, su vida entonces era emocionante, divertida, le quedaba poco para acabar sus estudios de Educación Infantil, compartir confidencias con sus amigas, burlar la vigilancia de su madre y  encontrarse con su amor, como añora aquellos días.

Ana anuncia su compromiso con Cesar, Lucía con su particular ironía, felicita a su hija, le dice que eso debió pasar diecinueve años antes…el día del cumpleaños de Sofía, el próximo domingo,  que se celebrará una fiesta en un salón del hostal de Cesar, se hará público, Sofía y Mari Luz, cruzan sus miradas, otra ridiculez de su madre. Sofía recuerda la imagen de su padre, al que adoraba, ahora lo  entiende mejor, después del accidente, Ana no hablaba de él, como si el dolor se lo impidiera, aunque simplemente se sentía avergonzada, pero conoció la verdad, al escuchar una charla de ella con su tía Julia, la hermana de su padre, al poco de instalarse en el pueblo, Julia visitó a unos familiares de su esposo y aprovecho para saludar a sus sobrinas, discutían, esta le reprochaba el haberle  amargado la vida a su hermano, alejarlo de su familia con artimañas, nunca estuvo enamorada de él, no era más que una chismosa pueblerina que se sentía una reina en un castillo de aire,  construyó una vida de apariencias, por su mente cerrada y su boca ligera obligó a su hermano a mal vivir,  igual que hacía con sus hijas, no era de extrañar que acabará encontrando el amor en otro lugar, al parecer su padre , poco antes del accidente, le habló claramente a su madre, se había enamorado de otra mujer y deseaba compartir su vida con ella, a lo que Ana se negó.

Llega el día del cumpleaños de Sofía, está todo preparado, la muchacha no sabe si para ella o para la comedia de su madre con Cesar, siente rabia, no está dispuesta a seguir perdiendo su juventud, ni vivir una vida que no le gusta, como aguantó su padre, ya es mayor de edad, en este tiempo trabajando ha guardado un dinero, coloca algunas de sus cosas en una bolsa de viaje y sin decir nada, mientras su madre y su abuela ultiman los detalles para la fiesta de la tarde, se dirige a la estación, deja una nota donde explica todo, anhela llegar a la vieja Encina y esperar a Alberto..

El viaje es corto, en dos hora llega a la ciudad en la que se crio, en la que desea vivir, su antigua casa se vendió, visita a María, su buena amiga de siempre, vive con sus padres, pero no tienen inconveniente en acogerla durante un tiempo, eran buenos amigos de Jorge, su padre, Sofía deja su equipaje, y marcha hacia la vieja Encina, sabe que para Alberto la visita diariamente, se sienta bajo la Encina quedándose dormida, está agotada, al poco, un beso en la frente la despierta, es Alberto, sorprendido y feliz de verla, no puede creer que esté allí, Sofía  relata  a su novio toda la historia, la muchacha llora amargamente, no quiere alejarse de él, ni vivir al gusto de su madre una vida irreal, Alberto la abraza, le promete cuidar de ella para siempre, en cuanto sea posible se casaran, nadie se lo puede impedir..

Ana, busca a Sofía, es la hora de almorzar,  antes piensa llevarla a ver el salón, está a punto para la fiesta, pero en su habitación tan solo hay una nota, Ana la lee, no puede creer lo que le dice su hija, tanto luchar por lo que ella  estimaba era   una vida perfecta para sus hijas y Sofía la acusa de asfixiarla en ese pueblo, de intentar convertirla en una copia de ella y su abuela, una mujer frustrada, con una vida de hastío, le ruega que no la busque, cuando sea el momento, contactará con ella, que invente lo que quiera para nadie murmure, pero que ella va donde debe estar. Ana le cuenta a su madre, Lucia le dice a su hija que ella sabía que esa niña era como su padre, lo mejor será seguir como está dispuesto, la fiesta será solo de su compromiso con Cesar, dirán que Sofía, mañana comienza en un trabajo en la capital y  no ha podido quedarse, nadie tiene que saber nada, Mari Luz, llora, ahora está sola para aguantar esto. Se anuncia el compromiso y próxima boda, con toda naturalidad, tan solo Mari Luz,  añora a su hermana y se siente fuera de lugar, la vida sigue para familia..

Ha pasado un mes desde que Sofía se reencontró con Alberto en la vieja Encina, con la ayuda de los padres del muchacho, celebran una boda intima, a la que es invitada su tía Julia, tan solo le falta su hermana, pero no es conveniente que la niña conozca los planes de su hermana, vivirán en un apartamento propiedad de los  padres de Alberto, que  tenían alquilado, pero antes que nadie está su hijo, en unos días, visitaran a la madre de Sofía, de su actitud dependerá el perder a su hija, como en su día sucedió con su esposo,. En la vida no se puede pretender que los demás sean marionetas que bailen a nuestro antojo, hay que respetar, ceder y ser capaz de reconocer nuestros errores.
Magda Jardí
©Derechos reservados

lunes, 2 de marzo de 2015

La pesadilla de Ernesto.



Ernesto se sentía encarcelado en una vida monótona, la rutina acabó con la magia de su matrimonio, de lunes a viernes de casa al trabajo, los fines de semana en casa, algún paseo, aburridas reuniones familiares o con algunos viejos amigos tan rutinarios como ellos. Por su trabajo, Ernesto era hábil  manejando ordenadores, en casa lo usaba para entrar en páginas de juegos virtuales, un día sintió curiosidad y buscó webs de conocer gente, era fácil registrarse, así que no lo  pensó, se hizo un perfil, simplemente buscaba personas solitarias como él con las que conversar.

 Comenzó entrando a ratos desde el trabajo, era gerente de una pequeña sucursal bancaria, disponía de  un despacho para él, aislado de los compañeros, en pocos días agregó a varias personas, casi todas mujeres, de momento tan solo intercambiaron saludos, llegó a pensar que aquello era bastante aburrido hasta que recibió una solicitud de amistad de una bonita y sonriente mujer, aceptó mecánicamente, a pesar de su decisión de borrar su perfil, la curiosidad le venció, dejándole un mensaje de bienvenida ,por el momento sin respuesta, al llegar a casa, su esposa había salido, en la televisión no había nada que ver, pensó en entrar al ordenador, se conectó a la página, sonrió su mensaje obtuvo respuesta, ella le devolvía el saludo muy cariñosa, era una mujer que vivía en una ciudad cercana, su nombre era  Alicia, decía ser casada, pero aburrida de la vida que llevaba, su esposo viajaba constantemente, eso los había distanciado, la soledad la llevó a buscar amistades en internet, sus amigas tenían sus vidas ocupadas, hijos, maridos, sin tiempo para amigas, Ernesto pensó que había encontrado a la amiga perfecta, casada como el, con necesidad de comunicarse.

En poco tiempo, esa amistad se fortaleció de tal manera que se convirtieron en confidentes, la relación de Ernesto con Maribel, su esposa, moría lentamente, ella prefería visitar a sus hermanas, con las que pasaban el rato criticando al entorno, que buscar actividades que compartir con Ernesto y los chicos, Mónica de catorce años, si necesitaba consejo, buscaba a su padre y Pablo de dieciséis, negado para los estudios, pasaba su tiempo callejeando con los amigos, que no todos eran agua clara, a pesar de que otras madres advirtieron a Maribel, esta decía confiar en su hijo. Ernesto recuperó la ilusión pensado en sus encuentros virtuales con Alicia, se lo niega a si mismo pero se está enamorado de ella, se vieron en una ocasión por cámara, tenía los ojos más alegres que nunca imaginó, su voz era dulce, la forma tan espontanea en que se expresaba le cautivo, ella dijo que la había hechizado, esperaba a un hombre serio, como aparecía en su foto, Ernesto siempre fue alegre hasta que su vida se tornó gris, pensó en invitarla a tomar café si a ella le parecía correcto, en la próxima conexión se lo diría, le apetecía tanto conócela en persona, solo compartía su sueño con Isi, un viejo amigo, que estaba al corriente de su situación familiar, él vivió una historia similar,  pero siendo paciente y luchando por recuperar la atención de su esposa las aguas volvieron a su cauce, ahora estaba mejor que nunca, aconsejaba a Ernesto mucha prudencia con Alicia, este le quitaba importancia, aunque para él tenía mucha, más de lo que aceptaba.

Llegó esa esperada primera cita, decidieron encontrarse en una ciudad próxima a los dos, siendo ambos casados, Ernesto pensó que era lo más conveniente, quedaron en una cafetería junto a la estación de ferrocarril, Alicia  se desplazaría en tren, Ernesto llegó unos minutos antes de la hora acordada, ella unos segundos después, entró un tanto despistada, pues el local era grande, en cuanto el la vio, nervioso, acudió a su encuentro, se saludaron besándose en la mejilla, por fin estaban uno frente al otro, buscaron mesa en una rincón tranquilo, la conversación era amena y relajada, reían, aunque lo evitaban, sus miradas se encontraron, quedando fijas unos instantes, con ese gesto ambos reconocieron la atracción que sentían el uno por el otro, aunque los dos sabían que aquello era terreno peligroso, repentinamente Alicia se levantó, excusándose que debía tomar el tren, Ernesto la acompañó a la estación, se despidieron en la entrada, ella siguió caminando sin mirar atrás, quedaron en verse por la noche en el ordenador, Ernesto regresó a su casa, en su interior una lucha de emociones, alegría por saber que aquella mujer era real, el aroma de su perfume le acompañaba, tristeza por tener que despedirse de ella, Alicia en el tren, miraba por la ventanilla, ella sabía que aquello no estaba bien, su esposo era un buen hombre, pero Ernesto era diferente, lo mejor sería acabar con aquello, aunque no pudo evitar a la hora de siempre estar frente a su monitor, esperando que él se conectara.

Ernesto vivía en una nube, pendiente de los mensajes de ella, de las historias que le contaba, ausente de su vida real. Una tarde, su  hijo Pablo llegó a casa ensangrentado, cojeando, silencioso  se encerró en el baño, necesitaba asearse, nadie debía verlo de ese modo, él y uno de sus amigos atacaron a un chico que simplemente no les gustó su aspecto, pero el muchacho no estaba solo, otros chicos acudieron en su ayuda, siendo Pablo y su compañero las presas, pero Ernesto estaba ocupado en el ordenador y Maribel, como era su costumbre, no se encontraba en casa, tan solo Mónica vio a su hermano en ese estado, ella le ayudó, prometiendo guardar el secreto, antes Pablo estaba siempre cerca, ahora había desaparecido como padre, sus hijos se sentían abandonados por sus padres.

Isi llamó a Ernesto, habían pasado semanas desde su última conversación, en la que pidió precaución con aquella mujer, le invitó a tomar unas cervezas el viernes, tiempo atrás  se encontraban una vez al mes, pero sin motivo perdieron esa costumbre, Isi quería saber si había solucionado su situación familiar, pero Ernesto solo sabía hablar de Alicia, le puso al corriente de su encuentro, de lo maravillosa que era, planeaba verla de nuevo a ver qué pasaba en esta ocasión, Isi, nuevamente trato de hacerle ver que era un error, además le invitó a reflexionar que aquello era demasiado sencillo, Ernesto no le dio importancia, era una mujer que se sentía sola, no había otro misterio.

Tal como comentó a Isi, Ernesto propuso a Alicia una nueva cita, su amistad era muy sólida, así que  Alicia aceptó, aunque Alicia  sugirió encontrarse en la ciudad de ella, es más, si le parecía bien a él podían verse en su casa, así estarían más tranquilos, se sorprendió, aunque le pareció una buena idea, la tarde del sábado, aprovechando que su esposa y sus hijos viajaban ese fin de semana a visitar a los abuelos, estaría libre, sería perfecto. El sábado, Ernesto pasó la mañana  intranquilo, deseando que su familia tomara el tren y llegara la hora de salir al encuentro de Alicia, después de almorzar, sacó el automóvil del garaje, y se encaminó hacia la ciudad donde vivía ella, les separaban cinco kilómetros, en unos minutos estaba allí, buscó la dirección que ella le indicó, era fácil llegar, aparcó a unos metros del portal de Alicia, caminó despacio, llamó al timbre ,ella abrió desde arriba, subió deseoso de ver aquella mujer que lo había enloquecido, al llegar al rellano la puerta estaba abierta, lo esperaba vestida con una con una camiseta, a Ernesto la miró atónito, el deseo por ella aumentó, Alicia cerró la puerta tras él, sin mediar saludo, ella lo abrazó, él la besó como si jamás hubiera conocido mujer, la temperatura entre ambos subía por segundos, la camiseta de Alicia cayó al suelo, Ernesto la contemplaba desnuda, le parecía la mujer más hermosa que nunca vio, después de unas caricias y jugueteos, hacían el amor sobre la moqueta del salón, Ernesto vio anochecer entre los brazos de Alicia, era incapaz de levantarse, se sentía exhausto, aquella mujer era inagotable, Ernesto gozó como no pensaba que fuera posible, Alicia le invitó a pasar la noche allí, estaba tan cegado por ella que aceptó, tomaron una cena ligera, le sorprendió con unas fresas con nata y champagne de postre, viéndola tomar las fresas despertaba más deseos de ella, la noche fue calurosa e intensa para Ernesto. A las diez de la mañana , él ,despertó, la contemplaba dormida, desnuda, sobre la cama, su rostro angelical, Ernesto imaginaba despertar todos los días junto a ella, llegó el momento de dejar aquel paraíso y regresar a casa, aunque era temprano, su familia a mediodía estaría de vuelta, la despertó con un beso, ella sonrió ,se despidió y siguió durmiendo, Ernesto tomó una ducha, se vistió, melancólico, dejó el piso de Alicia, en el camino de vuelta, recordaba la tórrida noche, esperaba repetir pronto, al llegar a su domicilio, dejó el coche en el garaje, subió, se cambió de ropa  mientras esperaba a la familia A la hora llegaron los tres, discutiendo como era habitual, a los chicos no les gustaba acompañar a su madre, durante el almuerzo, Ernesto y Maribel ni se miraron, la distancia entre ellos cada día era mayor y después de la historia con Alicia más aún, Ernesto esperaba la noche, suspiraba por contactar de nuevo con Alicia, aunque simplemente se escribieran, pues con la familia por allí no se atrevía a conectar la cámara, aunque moría de ganas de ver a esa mujer hechicera, después de cenar, Maribel se quedó viendo la televisión, Mónica se fue a su habitación, Pablo salió  un rato con sus amigos, Ernesto se encerró en su despacho, con su ordenador, saludó a algunas personas, el tiempo pasaba pero Alicia no se dejaba ver, Ernesto pensó que quizás su esposo hubiera llegado el domingo a mediodía, pero al día siguiente tampoco apareció, pasó la semana y Alicia seguía sin dar señales, a Ernesto, esa situación le inquietaba, mil preguntas volaban en su mente, como era posible que de repente dejara de importarle y si era el caso, por lo menos unas palabras explicando el motivo y la oportunidad de decirle adiós.

Ernesto se sentía mal, triste, mal humorado, necesitaba una conversación con Isi que era más sensato que él, quedaron para verse el viernes por la tarde, Ernesto compartió con Isi su angustia e inquietud, Isi le recordó sus advertencias, Ernesto se aferraba a que posiblemente no podía conectarse por algún motivo, quizás hubiera enfermado, Isi dejó escapar una sonora carcajada, llamándolo ingenuo, Ernesto decidió esperar antes de darla por perdida.
El lunes a media mañana, la secretaria de la oficina bancaria entregó a Ernesto un sobre, lo abrió al momento, parecía importante, venia de una mensajería de reparto urgente, su rostro empalideció al ver el contenido, eran fotos de Alicia con él muy apasionados, junto a las fotos una nota en la que se le informaba de que le llegarían más envíos y  si quería todas las fotos en su momento le indicarían que hacer, asustado Ernesto llamó a Isi, su amigo no daba crédito a lo que estaba escuchando, indignado le recordó de nuevo sus avisos, le aconsejo que espera a ver qué pasaba, Comenzó una tortura para Ernesto, perdió el apetito, no conseguía dormir, siempre a la defensiva, aun esperaba que Alicia se conectara, se aferraba a la idea de que ella pasaba por la misma situación que él, la llamaba por teléfono pero nadie respondía, a las dos semanas llegó otro sobre, Ernesto temeroso lo abrió, las fotos eran  más comprometedoras que las anteriores, en la nota le pedían cinco mil euros por el disquete y las copias, si no pagaba podían aparecer en cualquier lugar, el ordenador de su hija, el de algún compañero de trabajo, en los cristales de la entidad bancaria, advirtiéndole que  lo mejor para él era callar, Ernesto, furioso, confundido, de nuevo llamó a Isi, este le aconsejó que denunciara, pues seguro que el suyo no era un caso aislado.
Esa misma tarde, los dos hombres se desplazaron a la comisaría de policía, avergonzado Ernesto relató su historia, el inspector que le atendió, no se sorprendió, historias como la suya había escuchado unas cuantas, le informó que estaban trabajado en el caso, claramente era una red de extorsionadores, le rogó calma, en cuanto tiraran del hilo que seguían le informarían, aunque era imposible vivir en paz, si pagaba debería  aclarar muchas cosas, y si no lo hacía y esa fotos salían a la luz, su vida se hundía, las escenas con aquella mujer eran más que eróticas, en su momento le pareció toda una  grata aventura, ahora se sentía humillado, no sabía cómo afrontar el día a día hasta que aquel turbio asunto se esclareciera  y poder pasar página, aunque le sería muy difícil olvidar todo aquello, posiblemente si cuando comenzó a sentir que su vida de pareja hacia aguas no hubiera cometido el error de mirar hacia otro lugar, en lugar de enfrentarse al problema y buscar solución, quizás no estaría pasando aquel mal trago.

Una mañana de domingo, casi un mes después, Ernesto paseaba por el parque cabizbajo, el cansancio, la inquietud hacían mella en él, aparentaba casi diez años más de los que tenía, absorto en sus pensamientos, de repente el sonido de su móvil le retornó a la realidad, era el inspector de policía que se ocupaba del caso, había noticias, si le venían bien acercarse a la comisaria le informarían, sin pensarlo se encaminó había allí. La mujer, Alicia, ahora Ingrid, había contactado con un agente registrado en la página donde el la conoció, al parecer le interesaban hombres con trabajos cara el público, solventes, con relaciones de pareja agrietadas, se hizo pasar por médico, ella el mismo perfil el de siempre ,la tenían, el siguiente paso era la primera cita, si todo salía como esperaban, en unos días se resolvería, Ernesto, un poco más optimista, regresó a casa, allí no había nadie, como era habitual, cuando aquello acabara arreglaría  su vida, ahora que  era simplemente respirar, no encontraba sentido a seguir en aquella casa, junto a Maribel, sus hijos eran lo único que lo  mantenía en la realidad, sin ellos… no quería pensar más. Pablo llegó tras él, venia de jugar un partido de fútbol, Mónica ese fin de semana lo pasó en casa de una amiga, casi a la hora de almorzar, apareció Maribel con un par de bolsas de la rotisería, los tres sentados a la mesa, solo hablaba Pablo, casi dirigiéndose únicamente a Ernesto, contando entusiasmado las peripecias del partido, Ernesto miraba a su hijo, ya era un hombre, sentía el alejamiento de Maribel, se preguntaba el por qué seguía allí.

Los días pasaban, para Ernesto aquello era un sin vivir, otro sobre con más fotos, más subidas de tono que las anteriores, otro aviso, en breve le dirían como y donde pagar, Ernesto no  podía más, su corazón latía tan veloz que parecía que en cualquier momento estallaría como una bomba, no pudo evitar las lágrimas, lloraba amargamente, cuando Celia, una compañera y buena amiga, entró en su despacho, viéndolo en ese estado se preocupó, preguntándole que le pasaba, Ernesto no sabía que decirle, cualquier excusa menos la verdad, simplemente se encogió de hombros y bajo la cara, Celia le acarició el cabello, lo miró y dejó del despacho, casi a lo hora de salir del trabajo, el móvil le sobresaltó, la policía, con buenas noticias, avisó a Isi por si podía acompañarlo, en diez minutos estaba con él, llegaron a la comisaria, Ernesto, a pesar de anunciarle buenas noticias, el temor le acompañaba. El inspector le explicó que se había desmantelado la banda, tras la primera cita con Ingrid, en la que ella se comportó como era habitual en ella, un tanto tímida, a los pocos días, al saber que su presa, estaría solo el fin de semana, le propuso un encuentro en su casa, le prepararía un plato delicioso receta familiar, el aceptó, ella le proporcionó una dirección, la su supuesto domicilio, se verían el sábado, la policía comenzó a vigilar el edificio, el sábado a primera hora, aparcaron una furgoneta frente al portal, de una empresa de limpieza, aquellos hombres iban a instalar los micros y las cámaras para gravar todo, la pareja quedó en encontrarse a mediodía, dos horas antes, la policía sustituyó aquellos equipos por los suyos, con la idea de que cuando los delincuentes se dieran cuenta de que  sus instalaciones no funcionaban, posiblemente pensarían que era una avería y tratarían de solucionarlo, después de vigilarlos eran muy evidentes, todo sucedió como estaba previsto, al tratar de averiguar el problema, la policía que esperaba en el piso contiguo, logró detenerlos, confesaron todo, habían cometido la misma estafa en infinidad de ocasiones, les indicaron donde guardaban el material con el que chantajeaban a las víctimas . Ernesto debía identificar a la mujer, si, era ella, Ernesto  sintió repugnancia al verla, ni siquiera le parecía hermosa, su pesadilla acabó, aunque le quedaba algo importante pendiente, en cuanto él se sintiera con ánimos, pondría las cartas sobre la mesa .

Ernesto recuperó la sonrisa, su semblante transmitía paz, era el momento de mantener una conversación con Maribel, es viernes, los chicos saldrían un rato, es preferible estar solos, Ernesto, sentado en el sofá, saluda a Pablo que iba al cine, a Mónica la esperaban sus amigas en la calle, vio  a Maribel arreglada para salir, pero Ernesto la llama, le pidió  por favor, se sentara frente a él, ella lo mira un tanto sorprendida, apremiando a su esposo, quedó para ir  de tiendas y tomar algo, Ernesto sin prestar atención a las palabras de Maribel, comenzó a hablar, Maribel, escuchaba atónita, Ernesto había tomado una decisión sin retorno, aquella farsa de matrimonio llegaba a su fin, vivir de ese modo era insoportable, solicitaría el divorcio, para que ella hiciera lo que le apeteciera libremente, los chicos podían escoger, el dejaría su hogar, había alquilado un piso cerca del trabajo, por el momento se quedaría allí, más adelante, dejaría la ciudad, en el banco, tiempo atrás, le ofrecieron trasladarlo a otra entidad, que abrirán en breve, con un cargo superior, quedó en aire, ahora era el momento de aceptar, Maribel, un tanto confusa, respondió que eso era absurdo, pues ellos se casaron para toda la vida, ella no entendía cuál era el problema, comenzaron a discutir, Ernesto había callado demasiado y ella llevaba sorda y ciega mucho tiempo, ni quiera sabia los problemas que habían pasado sus hijos, porque simplemente vivía por ella y para ella, cara el qué dirán, le bastaba dar imagen de familia feliz, aunque solo para ella era así, en su entorno era evidente que allí nada iba bien, Maribel lloraba, Ernesto evito hablar de su desliz ,le avergonzaba , pero le dio a entender que se sentía solo, menos preciado y eso le había llevado a cometer errores que le podían haber provocado daños muy graves, ella abrió los ojos a la realidad, su vida era una comedia, aunque era demasiado tarde intentar arreglar aquel estropicio después de tantos años, ella no podía prometer cambiar, porque era tal cual. El tiempo fortaleció su personalidad, realmente no era la muchacha dulce que él creía cuando se casaron, el tampoco el simplón encantador del que ella se enamoró, pero por poco tiempo, aunque vivan bien y eso era lo que a ella le importaba, la única opción favorable para todos era la propuesta de Ernesto, Maribel suplicó quedarse con sus hijos, pero eso dependía de ellos, en cuanto llegaran les expondrían la situación.

Ernesto recogió sus pertenencias y esa misma noche la pasaría en su nuevo domicilio, los chicos en cuanto acabara el curso escolar  irían con él,  la vida le acababa de enseñar que no conoces totalmente a las personas, ni siquiera compartiendo cama y mesa a lo largo de años, que los problemas se solucionan cuando nacen, si se dejan crecer  y acaban venciéndote.
Magda Jardí
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