domingo, 21 de junio de 2015

Cada persona llega en su momento.



Ernesto es un hombre amante de la soledad y la vida tranquila a pesar de su facilidad para las relaciones sociales. Por su trabajo en el banco, a diario trata con infinidad de personas, pero en su vida privada, prefiere  relacionarse poco. No es aficionado de la vida nocturna, ni de los bares y discotecas, los fines de semana, los pasa en casa leyendo, escuchando música o viendo alguna película, en alguna ocasión va al cine o  visita alguna exposición, disfruta de los  paseos cerca del mar, es lo que suele hacer los domingos de mañana, pasear hasta el  puerto, tomar un refresco en el bar de los pescadores, le es grato el ambiente, de regreso a casa, pasa por una rotisería y compra el almuerzo a capricho. Es un hombre atractivo, al que las mujeres intentan acercarse, pero  no les resulta fácil, tiene una amiga, Vicky, es como una hermana para él, con ella conversa de vez en cuando, no le  interesa  conocer a otras mujeres, Ernesto en la adolescencia, tuvo una relación con una chica del barrio, Cris, fueron novios durante , cinco años, comenzaban a hablar del futuro, pero ella un verano, conoció a un muchacho inglés donde pasaba sus vacaciones, del que se enamoró y en pocos meses dejó todo para ir a vivir con él a Londres, desde entonces se cerró a las relaciones, por lo menos serías.

Ernesto, acaba de almorzar, toma su café frente a la televisión y sin poderlo evitar, el sueño le vence, cuando el timbre lo desvela, un tanto desconcertado, se dirige a la puerta, no suele recibir visitas y menos a esas horas, al abrir, se sorprende viendo a una bella mujer, su rostro es el más dulce que jamás tuvo frente a él, se presenta, es Caro, acaba de instalarse en el piso de al lado, salió a toda prisa y se le cerró la puerta, quedando en la calle sin llaves, como los dos pisos comparten balcón, separados por un pequeño muro, ella pensó, si él se lo permitía, saltar y así poder entrar a su casa ,Ernesto prefiere  ser el quien salte y abrir la puerta desde dentro, a Caro le parece bien, aunque no quiere causar molestias, sin pensarlo así lo hace ,la puerta del comedor está  cerrada, pero ve abierta  la ventana de la habitación, no es  muy grande, aunque puede acceder desde allí a la vivienda, aún  a medio organizar, muchas cajas por desembalar, llega hasta la puerta  Caro, entra, muy agradecida y en compensación por las molestias ,le ofrece un café, ya que el suyo ha quedado sobre la mesa y ya estará helado, Ernesto acepta encantado, sentados  en la mesa del comedor charlan frente a una taza de café humeante, son  los únicos muebles que por el momento hay  en la casa, el comedor y la habitación.

 Caro, llegó al edificio dos días antes, le cuenta  a Ernesto que se separó  de su esposo hacía pocos meses, la había maltratado física y psicológicamente durante bastante tiempo, hasta que ya no podía ocultar ni soportar más aquella situación y sin pensarlo, denuncio aquel hombre que en otro tiempo decía amarla, pero ahora era un monstruo y abandonó su hogar, con la ayuda de su hermana, que la acogió por un tiempo, pero ese hombre, iba en su busca una y otra vez, hasta que en una ocasión, la esperó en la puerta de la casa de la hermana, arrinconándola en la entrada, la golpeó con rabia e insultándola sin pudor, su cuñado llegó  en aquel momento, al intentar socorrerla también lo agredió, un vecino llamó a la policía, siendo detenido el tipo, el juez dictó orden de alejamiento, aunque de poco servía, en pocos meses obtuvo la separación, por lo que buscó donde recomenzar y liberar a su familia de aquel sin vivir, así acabó en el bloque de Ernesto, que era el barrio más cercano a su trabajo.

La afinidad entre los dos es  evidente, cuanto más se conocen más   a gusto juntos, Ernesto hacía años que no sonríe  como ahora, incluso ha recuperado su coquetería masculina, aún le da  un aire más interesante, pasan  las tardes juntos, en casa del uno o del otro, Ernesto, la ayuda  a decorar el piso y ella a escoger nuevo vestuario, Caro piensa  por qué  no se habrían encontrado antes pero cada persona llega cuando en su momento, es el destino.

Una tarde, Ernesto, llega de un almuerzo de empresa, se ducha tranquilamente, por el silencio en casa de Caro, supone  que no está, pero repentinamente un grito de la mujer, alertado, escucha atento, , discute  con un hombre, las palabras que él decía son  duras y ofensivas, el ruido comienza a ser preocupante ,golpes en las paredes, objetos cayendo al suelo y Caro llorando, Ernesto incapaz de  quedarse de brazos cruzados, piensa  lo peor, necesita  ver qué sucede , como la primera vez, saltará  por el muro del balcón, la puerta del comedor está abierta, entra  sin problemas, lo que ve  es  terrible, el ex esposo de Caro .la  coge  por el cuello, mientras la golpea, ella no puede  defenderse, cuando el hombre ve aparecer a Ernesto como furia, empuja a la mujer huyendo  de allí. Ernesto abraza a Caro aterrorizada, en estado de shock. Hay  que denunciar, Ernesto llama a la policía, tras la denuncia, es detenido el agresor, confiesa  haber  seguido los movimientos de  Caro, conocía su amistad con Ernesto, al ver aquel día que no llegaba a la hora acostumbrada, decidió darle un susto a la mujer,  pero como era habitual en él, se le fue de las manos, si Ernesto no llega en ese momento, quizás Caro no lo cuenta, a causa de los golpes tenía  dos costillas rotas, el cuerpo repleto de cardenales,  totalmente dolorida y destrozada emocionalmente, ella que pensaba que aquello ya pertenecía al pasado  y revivió ese infierno.

Ernesto se hace  cargo de ella, mientras se recupera, ayudado por Vicky, que se ocupa  de ella, mientras Ernesto trabaja. En unas semanas, Caro se recupera, su ex marido, cuando cumpla el  año de cárcel, debe  mantenerse a más de 1000 km de ella, o su condena de cárcel será  muy larga, por lo que  dejará  la ciudad para siempre.

 Con el tiempo las heridas sanan, Caro, nuevamente  es la mujer alegre que conoció Ernesto, entre ellos el amor es evidente, no se separan  en ningún momento, Ernesto necesita decirle lo que sentía por ella. En su paseo de cada atardecer por el puerto, sentados  en un banco frente al mar, Ernesto va a  abrirle su corazón, pero caro, con  un dedo en sus labios, haciéndole callar es  ella la que habla le dice cuanto lo  ama, lo que significa para ella, allí mismo se besan  apasionadamente mirándose a los ojos, después  caminan  de la mano de regreso a casa, ya anochece se miran felices, llegan al portal, entran  al ascensor, imposible  dejar de besarse, Ernesto acompaña a Caro a su puerta ,ella coqueta, le invita a la último café de la tarde, ya dentro de la piso ,Ernesto la toma entre sus brazos, la pasión les vence, juguetean, la ropa va cayendo   entre besos y caricias  bajo las sabanas se aman locamente, tanto tiempo esperando el momento, Ernesto le promete a Caro, que aquella era la primera noche del resto de sus vidas.

A los pocos días ,Caro se traslada  a casa de Ernesto, allí vivirían desde ese momento .Las malas lenguas, esas que siempre están pendientes de las vidas ajenas, porque las suyas son muy aburridas, no creen que esa relación vaya en serio, sin conocer a Caro, murmuran  que está con él tan solo por el dinero  que suponen  tiene, un hombre solo, trabajando y con una vida austera como él, nada bueno puede  buscar una mujer como aquella, no les dan  más de un año juntos, pero su amor es  sordo a esas personas.
A Caro y Ernesto les esperan muchos años  de  feliz convivencia, con la llegada de dos hijos y cuatro nietos , compartieron sus vidas hasta el fin de sus días.
Magda Jardí
 ©Derechos reservados

domingo, 7 de junio de 2015

Ahora es para siempre




Tras algunos años de alejamiento Cristian y Lola se reencuentran, fueron algo más que amigos cuando ambos estudiaban en la Universidad, pero al acabar los estudios sus caminos se separaron,  Cristian aceptó un buen  empleo en Bruselas en  un prestigioso laboratorio farmacéutico  era una buena oportunidad que no pensaba dejar escapar, Lola  trabajaba a  en una escuela de primaria siguió con su vida en Barcelona.

Lola a los pocos meses inicio un relación  complicada con David , Cristian vivía para su trabajo, al principio mantenían el  contacto, pero poco a poco se perdió, la vida de Lola era difícil, sus padres murieron en un accidente automovilístico y ella se hizo cargo de sus hermanos menores, David aprovechó el momento para pedirle matrimonio, así la ayudaría ,a ella no le parecía una buena idea  cada día se sentía más incomodad junto a él, pero aceptó su propuesta, durante diez interminables años soportó a ese hombre cruel junto a ella,  los más duros fueron los últimos, sus hermanos se independizaron, convivir  con él era el mismo infierno,  un día regresó del trabajo y allí estaba David con su equipaje, había conocido a otra mujer  y se marchaba con ella, así Lola quedó libre de ese individuo desequilibrado, comenzó una nueva vida en soledad.

 Una tarde paseando por el campo en busca de paz, se recostó bajo un árbol respirando aire puro, unas pequeñas aves revoloteaban canturreando, quedó con la mirada perdida mientras el pájaro cantaba una canción triste , necesitaba  encontrar una razón para vivir, los años junto a David borraron sus ilusiones ,ante ella pasó como una bella película su época universitaria, aquellos momentos junto a Cristian, preguntándose qué habría sido de él posiblemente habría formado un bonita familia , su vida sería más grata que la de ella. Cristian fue enviado por el laboratorio donde trabajaba a comprobar la efectividad de una vacuna experimental  a Etiopia, donde se estaba expidiendo una pandemia desconocida y allí se creó un retroviral con el plasma de un colaborador portador del virus, después de este viaje Cristian sintió que era el momento de regresar a casa, en la sucursal de  Barcelona quedó un puesto vacante, solicitó el traslado.

Cristian llegó a Barcelona, tras unos días de adaptación, la vida era muy distinta que en Bélgica, necesitaba saber de Lola, a pesar de que le llegó la noticia de su boda, quería verla, aunque fuera a lo lejos, caminó por el barrio donde ella vivía, poco había cambiado, entró a al  bar contiguo a la casa de Lola  a tomar café, ahora lo regentaba Paco el hijo del propietario, un buen amigo de ambos, se saludaron efusivamente mientras charlaban apareció Lola, como  todos los días antes de regresar al trabajo pasaba después de comer, sus miradas se encontraron, Cristian se dirigió hacia ella, estaba más hermosa de lo que él la recordaba, fundidos en un  abrazo, Lola le invitó a cenar esa noche.
Sobre las ocho de la tarde, Cristian nervioso como un adolescente en su primera cita, llama a la puerta de Lola, esta al verlo sonríe coqueta, después de una sabrosa cena que Lola ha preparado, conversan  largamente, Cristian relata a Lola sus andanzas en Etiopia,  le cuenta sus excursiones  le susurra al oído que’ una sombra en el desierto me recordó tú paso por mi vida’, sus bocas se encontraron, él la tomó entre sus brazos llevándola a la habitación donde se amarán con pasión como en otros tiempos, reviviendo su viejo romance, pero en esta ocasión  no piensa  separarse de ella. A las seis de la mañana, Cristian deja la casa de Lola bebe ir a trabajar, marcha en silencio intenta no despertarla, para Lola aún es temprano, esta tarde se mudará con ella, el bar de Paco está abierto, tomará allí su café mañanero, al verlo Paco sonríe, sabe que ha pasado la noche con Lola, los dos hombre charlan como hacían antaño, Cristian le cuenta que han retomado su historia, su reencuentro ha sido fascinante, le dice’ el amanecer nos sorprendió amándonos’, con esta frase Paco entiende que ahora es para siempre.
Magda Jardí
©Derechos reservados