domingo, 24 de enero de 2016

El sueño voló



 El amor, ese sentimiento tan hermoso, que es capaz de cruzar cielos, superar obstáculos, igual que enloquece de felicidad puede causar mucha tristeza y dolor.

 Hugo era escritor de un país del otro lado del mar, cuando vio a Emma, quedó fascinado por su sutil belleza, ella aficionada a la poesía vivía al noreste de España, el azar los unió
 A Emma, Hugo al principio no le atraía nada, es más, en ocasiones evitaba su compañía, pero después de continuas conversaciones y gratos momentos junto aquel hombre moreno, de mirada picara, sentía algo especial por él, le robó el corazón. aunque era un tanto reacia a comenzar una relación con nadie, pues su vida sentimental no había sido muy grata.
Hugo la hacía reír, soñar, se sentía viva con él, aunque a ella no le faltaban pretendientes, sentía que aquel hombre era distinto, algo muy hermoso surgió entre los dos, quizás amor o tan solo deseo.

Una tarde Hugo invitó a Emma a pasar un fin de semana en una cabaña, ella aceptó, le parecía una idea divertida, tras dos horas de viaje en coche, llegaron a su destino, un bello paraje en las montañas, la cabaña de madera, acogedora, muy bien decorada, tenía una chimenea , una piel de oso a modo de alfombra, algo que siempre le gustó a Emma, tras una deliciosa cena romántica, velas, champán, el deseo era imparable, él la tomó entre sus brazos, besándola con loca pasión, en unos minutos, yacían sobre la alfombra amándose como si no existiera un mañana, era el comienzo de un sueño.

Pasaba el tiempo y sus encuentros eran más frecuentas, en ocasiones regresaba a esa cabaña, a la que han bautizado como la Cabaña de los sueños, en otras permanecían en la casa de Emma, cada tanto Hugo viajaba a su país, ella seguía con su vida, sabía que regresaría. Hugo en su tierra es bastante conocido, en especial por el público femenino, algo que a Emma disgustaba, pero lo aceptaba, ella siempre se mantenía en un segundo plano. Hugo subía como la espuma en el mundo de las letras de su país, recibiendo varios premios por su labor. Más de un año de relación entre ellos, a pesar de las idas y venidas de Hugo, ella lo amaba cada día más aunque comenzaba a pensar que las palabras de él eran solo eso palabras, pero Hugo le prometía que no era así decía amarla como el primer día.
Hugo comenzó a escribir su primera novela, Emma le aportaba pequeñas ideas,como en tantas ocasiones,la novela se publicó con éxito en su tierra,lo cual animó al escritor a pensar en un nuevo intento,proponiendo a Ema escribirla entre los dos,él era un hombre muy ocupado,por lo que en cuanto dispusiera de tiempo así se haría,pasaban los meses y su amor seguía  vivo por parte de Emma,Hugo parecía  que se iba alejando de ella,o así lo sentía Emma,ella pensaba que como ahora Hugo era una persona distinguida en su tierra,tenía a otra mujer  allí, al otro lado del mar y el instinto de una mujer suele ser acertado... Emma se sentía cada día más olvidada por su amor,aunque en sus cada vez mas breves encuentros,él le juraba lo contrario,pero ella intuía que el fin se acercaba.Hugo con siempre ocupado o así se lo decía a ella, ,no comprendía  la inquietud de Emma y la insistencia en dialogar con él,para Hugo  todo estaba bien,ella lo vía de otro modo,  Hugo no daba  importancia a sus   coqueteos con sus seguidoras, le decía que era para promocionarse, casi un juego,sin pensar que a Emma eso le dañaba,cierto es que pertenecían a distintas culturas, modos de entender la vida,pero el amor no entiende de eso,Emma es una mujer abierta y no conocía lo que era sentir celos hasta ahora,él le decía que era  falta de confianza en si misma,lo cual no era así.

Un día él decidió acabar con esa  relación a pesar de que seguía amándola,algo que ella no creyó  convencida de que jamás la amó,su amor  nacido entre letras,quedó como una amistad,entre dos seres lejanos,el sueño voló.
Magda Jardí
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viernes, 22 de enero de 2016

El hombre acobardado.



Hace mucho tiempo, hombre se cruzó en mi camino. Era bello, alegre, me enamoré de él.
Cuando comenzamos , aquello era una fiesta continua, risas, baile, paseos, mimos, besos, amor, pero un día,  repentinamente todo cambió , empezó a restrasarse a las citas, me hablaba con desprecio, vestía desaliñado. él era muy cuidadoso con su aspecto, dejo de sonreír, encontraba mil escusas para no salir a pasear, sentí como si se avergonzará de mí, lo cual me descolocó, pues soy una mujer que sabe adaptarse a cualquier situación, decidí preguntar, sin rodeos que pasaba, por qué ese comportamiento, a mi edad se capta enseguida cuando algo no va bien y más después de una vida difícil, no supo que responder,  se sorprendió de que fuera tan directa, lo que me demostró que en todo el tiempo que llevaba junto a mí, no me había conocido nada, siempre voy de frente y no me escondo de dar mis opiniones., fui yo quien contestó, había otra persona, primero lo negó, pero sentí que mentía, dijo que pasaba un mal momento nada más, yo sabía que no era así y eso me dolió más que  lo que yo ya intuía, así seguimos durante unas semanas.

Un sábado por la tarde, me presente en  su casa una mujer, mayor que yo abrió la puerta, vestida con ropas caras y muy maquillada, al verla  supe que ella era el motivo del distanciamiento, la mujer, con un carácter bastante agrio, me pregunto quien era yo y que quería de él, le respondí que tan solo comentarle algo, con desgana lo llamó, él apareció y al verme se ruborizó, no sabía cómo actuar, ella nos observaba de mal talante, él  le susurró algo que no logré escuchar y salimos a la cafetería de enfrente, debía aclararme lo que ocurría,  yo tenía razón, esa mujer era su esposa,debido a su trabajo, pasaba muchas temporadas fuera y en el último viaje,él pensó que ya no regresaría, su relación llevaba mucho tiempo muerta, por eso, cuando se enamoró de mí, se sentía libre para comenzar de nuevo, pero repentinamente   ella apareció de nuevo, sin darle la opción de acabar con su matrimonio, el condición social de ella era tal que el debía callar  ante esa negativa, él era una posesión mas, un compromiso para siempre, lo vi tan poca cosa, la imagen que tenía de él se vino abajo, solo era un muñequito en sus manos, que intentó vivir una vida normal conmigo, pero escondiendo sus miserias, por lo que abandoné el lugar, sin decir nada, me sentí traicionada y decepcionada.

Han pasado meses desde que lo vi por última vez, me contaron que se acabó con su vida, como cobarde que era,no fue capaz de luchar, buscar  otro camino.

Siempre hay salida , pero hay tener el valor de enfrentarse a las situaciones con valentía. 

Magda Jardí

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